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UNA IMAGEN Y 242 PALABRAS
La cara cálida de la fría helada
Vivimos noches de heladas y mañanas de un sol que pelea contra ellas. Sufrimos fríos de hielos y gozamos de mañanas al sol, por peligroso que sea, y de paseos cercanos.
Cara y cruz de las duras heladas.
Amaneceres de calderos con el agua hecha un bloque, de callejas bajo cuyo brillo se esconde el resbalón que tantas caderas ha roto, de parabrisas pegados a la luna del coche, de alcohol en la cerradura para poder abrirla, de arena congelada con la que no puedes hacer cemento, de manos frías en cuanto las sacas del bolso, de aire que te corta la cara, de niños que corren desde el calor de la cocina para buscar el calor del autobús escolar, de mineros que se asoman a la ventana sin celebrar no tener que ir al tajo porque están en paro...
Mañanas de rayos de sol que se van colando entre los tejados de las casas y que buscan quienes esperan a un compañero de trabajo, sol que va derritiendo el bloque de agua que la noche hizo hielo, perros que abandonan la caseta, gatos que se colocan al sol de la ventana, jubilados que inician el paseo con boina, albañiles que ya pican en la arena...
Y soles limpios que convierten los carámbanos de las paredes en juegos de luces y rayos, cascadas de ríos como el de la Losa que convierten el agua y el hielo en un juego, en una sinfonía.
La cara cálida de la fría helada
Vivimos noches de heladas y mañanas de un sol que pelea contra ellas. Sufrimos fríos de hielos y gozamos de mañanas al sol, por peligroso que sea, y de paseos cercanos.
Cara y cruz de las duras heladas.
Amaneceres de calderos con el agua hecha un bloque, de callejas bajo cuyo brillo se esconde el resbalón que tantas caderas ha roto, de parabrisas pegados a la luna del coche, de alcohol en la cerradura para poder abrirla, de arena congelada con la que no puedes hacer cemento, de manos frías en cuanto las sacas del bolso, de aire que te corta la cara, de niños que corren desde el calor de la cocina para buscar el calor del autobús escolar, de mineros que se asoman a la ventana sin celebrar no tener que ir al tajo porque están en paro...
Mañanas de rayos de sol que se van colando entre los tejados de las casas y que buscan quienes esperan a un compañero de trabajo, sol que va derritiendo el bloque de agua que la noche hizo hielo, perros que abandonan la caseta, gatos que se colocan al sol de la ventana, jubilados que inician el paseo con boina, albañiles que ya pican en la arena...
Y soles limpios que convierten los carámbanos de las paredes en juegos de luces y rayos, cascadas de ríos como el de la Losa que convierten el agua y el hielo en un juego, en una sinfonía.