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El paisano de León, y provincia, siempre lleva mocos y navaja en el bolso”, suele decir Braulio ‘El Lugareño’. Los mocos porque así los pide el frío de esta capital del invierno y la navaja porque soluciona casi todos los problemas. Lo mismo corta una vara verde que un buen trozo de chorizo, igual abre una botella que te permite entretenerte largos ratos sentado al sol mientras le haces unos relieves a la cacha.
Pero los mocos están mal vistos y las navajas te las requisa la Guardia Civil o el detector de cualquier institución. Y no digamos en los aeropuertos, donde se te pueden echar encima siete policías de aduanas.
El caso es que el paisano siempre decoró su cacha. Paseó con orgullo esa cabeza de perro que había tallado en la parte superior, se sentaba en los bancos del parque con la cacha apoyada en sus rodillas para que se vieran los dibujos que a la madera le había arrancado con mucha paciencia.
Pero además de los detectores y la Guardia Civil llegaron a casa los nietos. Y allí donde con tanto mimo había pintado una culebra le colocó el rapaz una pegatina de las naranjas, de una casa rural, del escudo de la Cultural, de Justin Beaber... Y el abuelo no las quita, ni le molesta, todo lo contrario.
“Son cosas del nieto”, dice orgulloso y añade sonriendo: “Es muy trasto”.
DE IMAGEN Y 232 PALABRAS
Pero los mocos están mal vistos y las navajas te las requisa la Guardia Civil o el detector de cualquier institución. Y no digamos en los aeropuertos, donde se te pueden echar encima siete policías de aduanas.
El caso es que el paisano siempre decoró su cacha. Paseó con orgullo esa cabeza de perro que había tallado en la parte superior, se sentaba en los bancos del parque con la cacha apoyada en sus rodillas para que se vieran los dibujos que a la madera le había arrancado con mucha paciencia.
Pero además de los detectores y la Guardia Civil llegaron a casa los nietos. Y allí donde con tanto mimo había pintado una culebra le colocó el rapaz una pegatina de las naranjas, de una casa rural, del escudo de la Cultural, de Justin Beaber... Y el abuelo no las quita, ni le molesta, todo lo contrario.
“Son cosas del nieto”, dice orgulloso y añade sonriendo: “Es muy trasto”.
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