Cuantas veces viene a mi recuerdo, que no permitiste jamas que la soledad fuera mi compañera. Cuantas veces preferiste no dormir para velar por mi. Cuantas veces sacrificaste tu tiempo para darmelo a mi. Cuantas veces de una mansa paloma te convertiste en una loba, defendiendome aun a costa de tu vida. Cuantas veces esto, y cuantas veces aquello............... Hoy, alli donde estes y porque me sigues cuidando, te digo: ¡te quiero mama!