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Perros solos sí, perroflautas no
No son los bancos y los acampados precisamente los mejores amigos. Ni amigos ni residentes en la misma religión.
Tanto es así que quien puede, quien tiene poder (y dinero), ha colocado guardianes a la puerta, ha protegido la entrada y unos dineros que, por otra parte, ya estaban bajo siete llaves.
Entre los acampados están los integrantes de ese colectivo que, cuando menos, ya son un gran hallazgo literario y del lenguaje, perroflautas, esas gentes que los sesudos señores de la Fundación del Español Urgente, estudiados ellos, no han sido capaces de inventar pero cuando otros lo han hecho ellos han deducido que “suelen llevar perro y tocan la flauta”. Si llegan a llevar ornitorrincos y tocan el estradivarius les meten en un aprieto que tardan varios congresos en dirimir su nombre compuesto.
El caso es que los señores que pagamos todos y defienden a unos (no me imagino a un policía disolviendo al cajero automático cuando me cobra una comisión exagerada) se han apostado en la puerta (de un banco) con una consigna clara: “Que no entre ni un perroflauta”. Pero se les olvidó aclararles que “ni juntos ni por separado”, por lo que nada hacen cuando entra el perro solo, que se mueve “como Perro por su casa”.
Mañana se cuelan las flautas
No son los bancos y los acampados precisamente los mejores amigos. Ni amigos ni residentes en la misma religión.
Tanto es así que quien puede, quien tiene poder (y dinero), ha colocado guardianes a la puerta, ha protegido la entrada y unos dineros que, por otra parte, ya estaban bajo siete llaves.
Entre los acampados están los integrantes de ese colectivo que, cuando menos, ya son un gran hallazgo literario y del lenguaje, perroflautas, esas gentes que los sesudos señores de la Fundación del Español Urgente, estudiados ellos, no han sido capaces de inventar pero cuando otros lo han hecho ellos han deducido que “suelen llevar perro y tocan la flauta”. Si llegan a llevar ornitorrincos y tocan el estradivarius les meten en un aprieto que tardan varios congresos en dirimir su nombre compuesto.
El caso es que los señores que pagamos todos y defienden a unos (no me imagino a un policía disolviendo al cajero automático cuando me cobra una comisión exagerada) se han apostado en la puerta (de un banco) con una consigna clara: “Que no entre ni un perroflauta”. Pero se les olvidó aclararles que “ni juntos ni por separado”, por lo que nada hacen cuando entra el perro solo, que se mueve “como Perro por su casa”.
Mañana se cuelan las flautas
Pues le falta imaginación................... ....
estoy seguro que mas de un policía le gustaría disolver a un cajero......
o hasta un banco entero...... con su director general dentro....
.... que buenos artículos escriben en este sitio
......... ¿ornitodivarius?
estoy seguro que mas de un policía le gustaría disolver a un cajero......
o hasta un banco entero...... con su director general dentro....
.... que buenos artículos escriben en este sitio
......... ¿ornitodivarius?