Está comprobado científicamente que el buen humor, la risa, la alegría, y en definitiva la paz interior, incrementan extraordinariamente nuestro sistema inmunitario. Por el contrario, los disgustos, las desgracias, las prisas, la amargura, el desasosiego, la ansiedad, el stres, aminoran o disminuyen nuestros mecanismos defensivos, favoreciendo la aparición, especialmente, de procesos tumorales. Nuestroa sabios ancestros ya lo sabían y disponían de un maravilloso refrán para explicarlo:"Los disgustos
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