! Que poesía más preciosa!. Te la agradezco infinitamente.
Efectivamente, la molinera del Castillo tenía una hija que se llamaba Alcides, pero a la que me refiero yo, era otra que vivía en Santibáñez y que cuando algún acontecimiento surgía o llamaba la atención a nuestras gentes, rapidamente y con gran facilidad, construía coplas de contenido festivo, jocoso, irónico y chispeante que hacían las delicias a propios y extraños.
Efectivamente, la molinera del Castillo tenía una hija que se llamaba Alcides, pero a la que me refiero yo, era otra que vivía en Santibáñez y que cuando algún acontecimiento surgía o llamaba la atención a nuestras gentes, rapidamente y con gran facilidad, construía coplas de contenido festivo, jocoso, irónico y chispeante que hacían las delicias a propios y extraños.
Buenos días Tavines, me alegro que te guste; lo de Alcides se lo comentaré a mi madre cuando se levante, aunque me da que no la conoció, ella sólo me habló de la otra.