El
arco se llenaba de azahar (que palabra más árabe) en
primavera y mi madre tenía infinidad de
flores por todos los sitios. Su pasión era
El Castillo, su variopinto y cuidado
jardín y las
antigüedades. En Mayo ya se venía para el
pueblo y se tomaba unas vacaciones hasta Octubre. No podía vivir sin sus macetas y era inmensamente
feliz en su Castillo. Mi padre y yo nos arreglábamos estupendamente en
León. Nos alternábamos en las labores domésticas (un día cocinaba él y yo fregaba y hacía la
compra)
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