- Bien. La
historia de un odre comienza a la muerte de una
cabra. Desollada la cabra sacando la piel a boto, primero se remella o rae el pelo, se quitan los sebos y se lava bien en una especie de batea. En el taller de curtiduría, se le somete al efecto de los curtientes, tales como el alumbre y el tanino. El tanino conserva las pieles y el alumbre las impermeabiliza. Se encerotan los cabos con cerote; se cose a dos manos la culera con la ayuda de la tenaza; se rematan los pielgos del pellejo que
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