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MANZANEDA DE OMAÑA: LA ZAFARRONADA DE RIELLO (VIVENCIAS DE UN ZAFARRON)...

LA ZAFARRONADA DE RIELLO (VIVENCIAS DE UN ZAFARRON)
A petición del público os relato mi experiencia como zafarrón.
Partimos de nuestros lares de origen: Manzaneda, Garueña y Vegarienza, tres intrépidos Zafarrones, libres y no dirigidos por nadie, decididos a pasarlo bien y poner nuestro grano de arena en el evento zafarronil de Riello.
Llegados al lugar, a las 19:30 Horas, nos disfrazamos en un callejón, encendimos nuestras antorchas y nos dirigimos a la plaza de la Iglesia en donde se encontraban alrededor de una magnífica hoguera un heterodoxo grupo de personas de todas las edades con disfraces varios y público en general, nos sumamos al jolgorio y nos intentamos integrar con los “zafarrones oficiales” que inicialmente, quizás extrañados de nuestra presencia o atuendo, se mostraron indiferentes a nuestras evoluciones y siguieron “a los suyo” formando un grupo compacto, nosotros “a lo nuestro”, saltando, brincando y metiéndonos con el respetable que observaba a la “Guirriada con el típico carácter Omañes”, muy serio e imperturbable, quizás en exceso.
Prontamente congeniamos con los niños, disfrazados con originales y bellos disfraces, nos “metimos” con el público y poco a poco nos fuimos ambientando, luego nos fusionamos los dos grupos de zafarrones, intercambiando posiciones, carreras y confidencias y hasta compartiendo con ellos nuestras “antorchas Duracel”, un prodigio de la técnica cuya composición indicamos al Alcalde del municipio que se interesó por su luminosidad, duración y poderío.
Sobre las 20:30 horas parte del respetable se dirigió al Salón para degustar las afamadas patatas con jabalí, los zafarrones “oficiales” se esfumaron y los tres “libres” continuamos un poco mas haciendo el “guirrio” en la plaza.
Cuando llegamos al Salón éste estaba abarrotado y para no entrar en competencia, decidimos continuar por el camino de Ceide, acompañados de una preciosa gitana, hasta la residencia de ancianos, con la idea de alegrarles algo la vida, llegados allí “dimos la cencerrada” pero no salió ni un alma a recibirnos, nos acercamos al centro y parecía estar deshabitado, optamos por alejarnos en silencio para no perturbar el descanso de los residentes si es que alguno lo moraba, estarían todos comiendo las patatas.
De vuelta al Salón, 21:15 horas, ya la voraz concurrencia había dado buena cuenta del afamado guiso y de la torta de rigor, así como empezado el baile del que participamos hasta que sobre las 21:45 y con nuestra sorpresa terminó.
La cosa no terminó mal, saciamos nuestra sed y nuestra hambre en el bar de Manolo, de pie y en la barra pues el aforo del comedor estaba completo, pero quedamos reconfortados y calentitos por dentro y por fuera.
Antes de partir para las aldeas respectivas y sobre las 23:00 Horas, volvimos a la plaza y en completa soledad disfrutamos un rato mas de unas brasas idóneas para asar un buey entero, sinceramos nuestros corazones y nos retiramos con nuestros seres queridos buscando y encontrando el ansiado reposo del zafarrón.
Para el año que viene ¿mas y MEJOR?.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Estas hecho un corresponsal de primera! que bien poder vivirlo a traves de vosotros. Eso que cuentas del caracter omañés lo noto yo mucho, ya que hace bastantes años que vivo en el sur, mi pueblo adoptivo está lindando con la provincia de Granada. La gente es muy abierta, te acogen enseguida, muy alegres.