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MANZANEDA DE OMAÑA: Se entiende muy bien, gracias

Siempre nos quedaría, en el peor de los casos, el recurso de venderle la información a unos extranjeros crédulos, como hiciera en los años treinta Jerónimo Martínez, un omañés de Andarraso que metió una pepita de oro en el maletín de un ingeniero italiano que localizaba yacimientos para una empresa inglesa, logrando que dieran por hecho que en aquellas montañas existía una veta hermosa e inabarcable. Cerca de cien operarios tuvieron a sueldo, haciendo puentes y lavaderos, hasta que años después, cansados de rodar por los caminos de Riello, liquidaron el expediente en la Jefatura de Minas. Es este un glorioso episodio de la picaresca leonesa que poca gente conoce, y que convendría recuperar en unos tiempos donde, al menos en esta tierra, siempre parece que son los de fuera los que nos cierran las minas y nos echan de los pueblos

Cuéntanos algo sobre el oro.....

EL ORO DE ANDARRASO. Andarraso: 6.000 euros por cada molino
Es uno de los primeros pueblos en aceptar una energía tan limpia como controvertida. El debate está abierto

Molinos de viento en la zona del Manzanal. Su imagen se repetirá pronto en Omaña. MAURICIO PEÑA
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Andarraso es uno de los pueblos más altos de la provincia. Está a 1.410 metros de altitud y desde sus calles se contempla un espectáculo paisajístico digno de ver. A sus pies, los suaves montes de la comarca de Omaña. A lo lejos, hasta algunos pueblos del páramo leonés como Villadangos. Sin embargo, su encanto no ha logrado dar vida al pueblo. Andarraso languidece desde hace décadas aquejado de los dos males del medio rural leonés: despoblación y envejecimiento. En invierno, apenas quedan diez personas en el pueblo. El más joven, un agricultor, tiene 37 años; después ya viene otro hombre de 57. El resto, supera ampliamente los 70. En total, nueve hombres y una mujer.
Andarraso pasaría desapercibido, y más en la entrada del otoño, si no fuera porque ha sido uno de los primeros pueblos en cobrar el dinero de los parques eólicos, el futuro de Omaña y de esta parte montañosa de la provincia para unos; la condena definitiva para otros.
La energía eólica está inmersa en un gran debate entre partidarios y detractores. Los partidarios defienden la construcción de aerogeneradores no sólo por ser una energía limpia sino también por la generación de empleo que trae consigo (instalación, fábricas…). Los opositores, en cambio, dudan de su rentabilidad por el gran impacto que genera su instalación (movimiento de tierras, caminos, problemas de paso para especies protegidas…).
“Pueblos como Andarraso no tienen muchas más opciones. Es de lo mejor que les ha podido pasar en décadas”, dice el alcalde de Riello.
Cipriano Elías, que confiesa que no es un gran defensor de la energía eólica, cree también que los molinos de viento pueden ser una buena propuesta para los pequeños pueblos que se reparten por la zona, siempre que se cumpla con la legalidad y se respete la normativa sobre impacto ambiental que exigen las administraciones.
Los molinos, en el caso de Andarraso, no se ven desde el pueblo. Hay que andar medio kilómetro y mirar hacia lo más alto. “Son tres y están en un monte de utilidad pública que pertenece al pueblo. Un cuarto anda el litigios”, explica Ignacio Álvarez.
Ignacio, prejubilado minero, vive en Astorga pero pasa largas temporadas en Andarraso. Del pueblo es su mujer y hace unos años construyó una casa. “Yo aquí estoy fenomenal. De noche, se ven las luces de León. Es impresionante”, confiesa con pasión.
La cuenta corriente de la Junta Vecinal de Andarraso no ha sido nunca boyante. El dinero de los cotos de caza, y poco más. Ahora, los tres molinos reportarán al pueblo nada menos que 6.000 euros al año por aerogenerador. El primer ingreso en cuenta ha sido de algo más de 18.000 euros, porque hay que sumar los costes de instalación. Más de tres millones de las antiguas pesetas para gastar en un pueblo con muchas necesidades pero casi sin fuerza para exigir desde hace mucho tiempo.
“Lo primero que se va a cambiar es la traída del agua. La actual tiene más de 20 años y muchas fugas”, explica Ignacio, que es el único vecino que se ve por el pueblo. Otro proyecto será arreglar la antigua escuela. “Hace más de 40 años que está cerrada, pero bien podría ser ahora un lugar de reunión, para el verano…”, explica este minero jubilado enamorado de Andarraso. La escuela, situada en lo más alto del pueblo, tiene desde hace tiempo el mal del olvido. Su bonita fachada de piedra se ha ido desgajando con el paso del tiempo.
Otras localidades de Omaña están a la espera de las resoluciones judiciales y las exigencias de las administraciones para la instalación de parques eólicos. Mientras, en Andarraso, ven hasta la posibilidad de contratar hasta un empleado con cargo al pueblo para arreglar las calles o atender a los más mayores.

¿Que opinas de esto Tirso?

Es un tema complicado en omaña, pues aunque traeria mucho dinero, tambien crearia mucha diferencia entre los pueblos, ya que los habria ricos y pobres, los problemas para todos los beneficios para unos pocos. Asi es como lo tenian plateado.

Se entiende muy bien, gracias