Romería de Pascua de La Garandilla 2012.
Buscando tiempo donde el trabajo y los compromisos solo dejan ocupación, encontramos un huequito para preparar, siquiera humildemente, una entrada dedicada a la Romería de Pascua de La Garandilla, celebrada el domingo pasado.
El I. E. O. está muy orgulloso de que esta idea, pergeñada por Luis Arias, haya prendido en el ánimo de las gentes de la Omaña Baja y anime a personas de muchos puntos de León a disfrutar del evento. De nuevo volvieron a reunirse una nutrida representación de pendones y gran número de asistentes que, disfrutando de un día sorprendentemente bueno, acompañaron a la Virgen de las Angustias hasta Samario.
Os dejamos con una reseña que nos ha brindado David Gustavo López, Omañés de sentimiento y entusiasta de las romerías populares.
ROMERÍA DE PASCUA 2012 EN VALDESAMARIO
David Gustavo López
Por cuarto año consecutivo tras la recuperación de la fiesta, Valdesamario ha celebrado con gran éxito la romería de Pascua o del encuentro entre Nuestra Señora de La Garandilla y la Virgen del Rosario de la iglesia parroquial, situada en el barrio de Samario. El evento ha sido un gran éxito por la numerosa afluencia de fieles y curiosos; por la belleza plástica del acto, incrementada con el colorido de más de veinte pendones que escoltaron a las imágenes y, sobre todo, por la ilusionada participación de casi todos los vecinos en la organización de los actos, perfectamente coordinados por personas del Ayuntamiento, de la Junta Vecinal y del Instituto de Estudios Omañeses, promotores de la recuperación de una romería que ya se puede contar entre las más atractivas de la provincia de León.
Como aliciente adicional, la fiesta fue ocasión para mostrar la reciente restauración de la imagen de la Virgen de La Garandilla (finales del siglo XVII o principios del XVIII), efectuada por la restauradora leonesa Araceli Reyero Alario, que ha conseguido devolverla a su estado y policromía originales.
Orígenes y desarrollo de la fiesta.
Valdesamario, es uno de los cuatro municipios que integran la comarca de Omaña. Desde sus confines con El Bierzo, el río Ponjos desciende por un valle romo, entre pequeños pastos y masas forestales de robles y carrascos, hasta desembocar en el Omaña, al lado mismo de La Garandilla, uno de los cinco barrios que conforman la entidad de Valdesamario, cabeza del municipio donde también se integran Ponjos, Murias de Ponjos, Paladín y La Utrera.
Sin que se conozcan detalles sobre su historia, parece hecho constatado que en el siglo XII ya existía una ermita en el lugar donde ahora se halla el santuario de La Garandilla -“justo donde se apareció a unos pastores”, dice la leyenda-, al paso de la antigua calzada romana que enlazaba Astorga con el occidente de Asturias, la cual daría acceso a las numerosas explotaciones auríferas, todavía visibles, de la comarca de Omaña y del valle de Navia. La calzada romana se transformó más tarde en cañada para ovejas trashumantes entre las dehesas de Extremadura y los puertos de Asturias y León. Una imagen que podría remontarse a las últimas décadas del siglo XI o primeras del XII, titular probable de aquella primitiva ermita de La Garandilla, se hallaba, un tanto olvidada, en el templo actual, motivo por el que, en la década de los setenta del siglo pasado, fue trasladada al Museo Catedralicio-Diocesano de León, donde hoy se conserva.
Rostro de la Virgen de Las Angustias.
Seguramente que un piadoso deseo de engrandecer el culto a la “vieja” y pequeña imagen de la Virgen de La Garandilla motivó la construcción del actual santuario, fechado en 1728 y erigido con intenciones que pueden calificarse de ambiciosas en comparación con la sencillez de las iglesias omañesas –no en vano se le conoce como “La Catedral de Omaña”, principalmente por la robustez y altura de su torre. Y dado que se trataba de ponerse al día en materia artística, también la imagen románica de la Virgen fue sustituida por otra de las Angustias, de aire popular, pero al gusto de la época y siguiendo el esquema de la Virgen Dolorosa del Camino, cuya restauración llegó a tiempo para la celebración de la Pascua en el año 2012.
No se conoce desde cuándo, pero cada año, por Pascua de Resurrección, la Virgen de la Garandilla, acompañada por sus fieles, los “ramos” a ella dedicados y su pendón de franjas verdes y púrpura, salía del santuario y era transportada en procesión hasta la iglesia parroquial de Valdesamario, situada en el barrio de Samario. Antes de su llegada, los vecinos de este lugar, portando el pendón púrpura del concejo y la imagen de la Virgen del Rosario, salían a recibirla a la entrada del Camino Real. Era el instante de mayor júbilo, del repique de campanas, de los cánticos de bienvenida, de los pétalos al aire y de la competición entre las mozas de La Garandilla y de Samario por ver quién había aportado el “ramo” mejor adornado y la canción más original. “Siempre ganaba La Garandilla”, dice un vecino entrado en edad, no sé si con orgullo o resentimiento.
La década de los sesenta del siglo XX, en pleno éxodo rural, trajo consigo el olvido temporal de esta tradición, recuperada cuarenta y ocho años después, en 2009, por el Ayuntamiento de Valdesamario, la Junta Vecinal de la localidad y el Instituto de Estudios Omañeses. Los actos se desarrollan como antaño, con la vistosidad adicional que proporcionan más de veinte pendones, procedentes de localidades del contorno (La Utrera, Paladín, Senra, Murias de Paredes, Rioseco de Tapia, Tremor de Arriba, etc.) y de puntos más alejados de la provincia, que acompañan a la Virgen de La Garandilla en sus casi dos kilómetros de recorrido y que, en el momento del encuentro de las dos “compañeras”, abren un túnel de explosivo colorido para saludarlas a su paso.
Nueve días, los de un novenario, permanecerá la Virgen de las Angustias en la iglesia parroquial de Valdesamario, el tiempo necesario para recibir el consuelo de sus fieles tras la Pasión y para atender las rogativas por la prosperidad de la próxima cosecha.
Buscando tiempo donde el trabajo y los compromisos solo dejan ocupación, encontramos un huequito para preparar, siquiera humildemente, una entrada dedicada a la Romería de Pascua de La Garandilla, celebrada el domingo pasado.
El I. E. O. está muy orgulloso de que esta idea, pergeñada por Luis Arias, haya prendido en el ánimo de las gentes de la Omaña Baja y anime a personas de muchos puntos de León a disfrutar del evento. De nuevo volvieron a reunirse una nutrida representación de pendones y gran número de asistentes que, disfrutando de un día sorprendentemente bueno, acompañaron a la Virgen de las Angustias hasta Samario.
Os dejamos con una reseña que nos ha brindado David Gustavo López, Omañés de sentimiento y entusiasta de las romerías populares.
ROMERÍA DE PASCUA 2012 EN VALDESAMARIO
David Gustavo López
Por cuarto año consecutivo tras la recuperación de la fiesta, Valdesamario ha celebrado con gran éxito la romería de Pascua o del encuentro entre Nuestra Señora de La Garandilla y la Virgen del Rosario de la iglesia parroquial, situada en el barrio de Samario. El evento ha sido un gran éxito por la numerosa afluencia de fieles y curiosos; por la belleza plástica del acto, incrementada con el colorido de más de veinte pendones que escoltaron a las imágenes y, sobre todo, por la ilusionada participación de casi todos los vecinos en la organización de los actos, perfectamente coordinados por personas del Ayuntamiento, de la Junta Vecinal y del Instituto de Estudios Omañeses, promotores de la recuperación de una romería que ya se puede contar entre las más atractivas de la provincia de León.
Como aliciente adicional, la fiesta fue ocasión para mostrar la reciente restauración de la imagen de la Virgen de La Garandilla (finales del siglo XVII o principios del XVIII), efectuada por la restauradora leonesa Araceli Reyero Alario, que ha conseguido devolverla a su estado y policromía originales.
Orígenes y desarrollo de la fiesta.
Valdesamario, es uno de los cuatro municipios que integran la comarca de Omaña. Desde sus confines con El Bierzo, el río Ponjos desciende por un valle romo, entre pequeños pastos y masas forestales de robles y carrascos, hasta desembocar en el Omaña, al lado mismo de La Garandilla, uno de los cinco barrios que conforman la entidad de Valdesamario, cabeza del municipio donde también se integran Ponjos, Murias de Ponjos, Paladín y La Utrera.
Sin que se conozcan detalles sobre su historia, parece hecho constatado que en el siglo XII ya existía una ermita en el lugar donde ahora se halla el santuario de La Garandilla -“justo donde se apareció a unos pastores”, dice la leyenda-, al paso de la antigua calzada romana que enlazaba Astorga con el occidente de Asturias, la cual daría acceso a las numerosas explotaciones auríferas, todavía visibles, de la comarca de Omaña y del valle de Navia. La calzada romana se transformó más tarde en cañada para ovejas trashumantes entre las dehesas de Extremadura y los puertos de Asturias y León. Una imagen que podría remontarse a las últimas décadas del siglo XI o primeras del XII, titular probable de aquella primitiva ermita de La Garandilla, se hallaba, un tanto olvidada, en el templo actual, motivo por el que, en la década de los setenta del siglo pasado, fue trasladada al Museo Catedralicio-Diocesano de León, donde hoy se conserva.
Rostro de la Virgen de Las Angustias.
Seguramente que un piadoso deseo de engrandecer el culto a la “vieja” y pequeña imagen de la Virgen de La Garandilla motivó la construcción del actual santuario, fechado en 1728 y erigido con intenciones que pueden calificarse de ambiciosas en comparación con la sencillez de las iglesias omañesas –no en vano se le conoce como “La Catedral de Omaña”, principalmente por la robustez y altura de su torre. Y dado que se trataba de ponerse al día en materia artística, también la imagen románica de la Virgen fue sustituida por otra de las Angustias, de aire popular, pero al gusto de la época y siguiendo el esquema de la Virgen Dolorosa del Camino, cuya restauración llegó a tiempo para la celebración de la Pascua en el año 2012.
No se conoce desde cuándo, pero cada año, por Pascua de Resurrección, la Virgen de la Garandilla, acompañada por sus fieles, los “ramos” a ella dedicados y su pendón de franjas verdes y púrpura, salía del santuario y era transportada en procesión hasta la iglesia parroquial de Valdesamario, situada en el barrio de Samario. Antes de su llegada, los vecinos de este lugar, portando el pendón púrpura del concejo y la imagen de la Virgen del Rosario, salían a recibirla a la entrada del Camino Real. Era el instante de mayor júbilo, del repique de campanas, de los cánticos de bienvenida, de los pétalos al aire y de la competición entre las mozas de La Garandilla y de Samario por ver quién había aportado el “ramo” mejor adornado y la canción más original. “Siempre ganaba La Garandilla”, dice un vecino entrado en edad, no sé si con orgullo o resentimiento.
La década de los sesenta del siglo XX, en pleno éxodo rural, trajo consigo el olvido temporal de esta tradición, recuperada cuarenta y ocho años después, en 2009, por el Ayuntamiento de Valdesamario, la Junta Vecinal de la localidad y el Instituto de Estudios Omañeses. Los actos se desarrollan como antaño, con la vistosidad adicional que proporcionan más de veinte pendones, procedentes de localidades del contorno (La Utrera, Paladín, Senra, Murias de Paredes, Rioseco de Tapia, Tremor de Arriba, etc.) y de puntos más alejados de la provincia, que acompañan a la Virgen de La Garandilla en sus casi dos kilómetros de recorrido y que, en el momento del encuentro de las dos “compañeras”, abren un túnel de explosivo colorido para saludarlas a su paso.
Nueve días, los de un novenario, permanecerá la Virgen de las Angustias en la iglesia parroquial de Valdesamario, el tiempo necesario para recibir el consuelo de sus fieles tras la Pasión y para atender las rogativas por la prosperidad de la próxima cosecha.