MANZANEDA DE OMAÑA: El clima húmedo y lluvioso de Asturias hizo necesario...

El clima húmedo y lluvioso de Asturias hizo necesario el calzado de madera, idóneo para los caminos embarrados y los campos mojados, y presente en diferentes áreas de la Cornisa Cantábrica.

Se desarrolló la madreña de escarpín, robusta y de boca cerrada, en comparación con las actuales madreñas de zapatilla. Los madreñeros del concejo fabricaban un modelo común. Su característica era un taco separado o corrido en la parte delantera, y sobre todo la abundante decoración, excepcional en las madreñas, que se desarrolla en bandas concéntricas y contiene claros motivos de la cerámica castreña. También se frabricaros zancos y posteriormente los chanclos (realizados en goma).

La madreña es consustancial a Asturias, ya que protege nuestros pies de la eterna humedad del suelo. El oficio de madreñero es común a todo Asturias. Para hacer una madreña, hace falta una madera adecuada, como son la de castaño, "vidureira" (abedul); haya, nogal, etc.
Una madreña consta de: "panza" o "barriga" (zona inferior delantera); la "boca" y la "casa", tacones o tazos (dos delante y uno detrás, a veces forrados con goma o "ferrados"); llamándose "calcaño" a la parte posterior y "pico" a la delantera.

LA MADREÑA
Para hablar de madreñes, por supuesto tenemos que pensar en Asturias, aun cuando este tipo de calzado no es exclusivo de la región, sí tiene unas señas de identidad que la distinguen dentro de nuestro país, aunque hoy por hoy ya pocos vínculos quedan con nuestras raíces.

En la zona centro-occidental existe una tipología propia dentro del contexto de la fabricación artesanal de madreñas. Difícil es establecer unos limites, ya que tenemos múltiples casos de "hibridismo", debiendo tener en cuenta siempre el lugar de nacimiento y de quien aprendió el oficio el artesano.

Madreña: zapato de madera de una sola pieza. en cuya suela están presentes un talón y dos tacos delanteros que tienen la misión de garantizar un mejor aislamiento de la humedad o del barro.

Su origen es incierto, pero se puede hablar de la evolución del calzado de madera hasta llegar a la madreña empezando por una simple tabla atada al pié por medio de correas, pasando por las sandalias, las galochas (suela de madera y empeine de cuero) y los zuecos. Su uso está muy extendido para realizar las labores en la cuadra o en las huertas, se suelen tener en el zaguán, así que cuando se sale para trabajar se las ponen y al volver con una simple sacudida se las quitan, pues no es costumbre entrar con ellas en la casa.