Te Saludo Rita esposa,
Que entre espinas de dolor
naciste fragante rosa
De Cristo, divino amor.
Pues de Dios sois estimada,
De imposibles Protectora,
Sed, vos nuestra intercesora
Rita bienaventurada.
Sed, vos, nuestra intercesora
Rita bienaventurada.
Vuestro nacimiento y nombre
Por un ángel fue advertido,
Porque antes de haber nacido
Ya vuestra grandeza asombra;
Y pues tanto a Dios agrada
Vuestro nombre le enamora.
Sed, vos, nuestra intercesora,
Rita bienaventurada.
El día que os bautizaron
De vuestra boca advirtieron,
Que abejas blancas salieron
Donde un enjambre formaron:
En él se mira Cifrada
La dulzura que atesora.
Sed, vos, nuestra intercesora
Rita bienaventurada.
Padeciste con paciencia
Consintiendo el matrimonio
Pues que vuestro desposorio
Con Jesús tenéis tratado;
Y pues por obedecer
Mucha virtud se atesora.
Sed, vos, nuestra intercesora
Rita bienaventurada.
Cuando faltó vuestro esposo
y dos hijos se os murieron,
Las ansias os renacieron
Del estado religioso
De Agustino en la morada
Queréis ser habitadora,
Sed, vos, nuestra intercesora
Rita bienaventurada.
Aunque por viuda os negaron
Aquel hábito divino,
Juan, Nicolás y Agustino
En el convento os entraron
Era imposible la entrada,
Mas por vos Dios la mejora.
Sed vos nuestra intercesora
Rita bienaventurada.
Vuestro adorado Jesús os señaló
Con agrado
Dándoos su cuerpo sagrado
Con lo que os alimentáis
y en premio a vuestra abstinencia
Os prepara una corona.
Sed, vos, nuestra intercesora
Rita bienaventurada.
Con una de sus espinas
Os señaló vuestro esposo
Jesús divino y glorioso
la que en la frente os hería
Y vos, con suma alegría
la bendecís sin demora.
Se, vos, nuestra intercesora
Rita bienaventurada.
Consuelo en vuestras piedades
Encuentran los corazones
En tristeza y aflicciones,
En partos y enfermedades;
Su intención mira lograda
Quien os invoca y adora.
Sed, vos, nuestra intercesora
Rita bienaventurada.
Pues de Dios sois estimada,
De imposibles protectora,
Sed vos nuestra intercesora
Rita bienaventurada.
Que entre espinas de dolor
naciste fragante rosa
De Cristo, divino amor.
Pues de Dios sois estimada,
De imposibles Protectora,
Sed, vos nuestra intercesora
Rita bienaventurada.
Sed, vos, nuestra intercesora
Rita bienaventurada.
Vuestro nacimiento y nombre
Por un ángel fue advertido,
Porque antes de haber nacido
Ya vuestra grandeza asombra;
Y pues tanto a Dios agrada
Vuestro nombre le enamora.
Sed, vos, nuestra intercesora,
Rita bienaventurada.
El día que os bautizaron
De vuestra boca advirtieron,
Que abejas blancas salieron
Donde un enjambre formaron:
En él se mira Cifrada
La dulzura que atesora.
Sed, vos, nuestra intercesora
Rita bienaventurada.
Padeciste con paciencia
Consintiendo el matrimonio
Pues que vuestro desposorio
Con Jesús tenéis tratado;
Y pues por obedecer
Mucha virtud se atesora.
Sed, vos, nuestra intercesora
Rita bienaventurada.
Cuando faltó vuestro esposo
y dos hijos se os murieron,
Las ansias os renacieron
Del estado religioso
De Agustino en la morada
Queréis ser habitadora,
Sed, vos, nuestra intercesora
Rita bienaventurada.
Aunque por viuda os negaron
Aquel hábito divino,
Juan, Nicolás y Agustino
En el convento os entraron
Era imposible la entrada,
Mas por vos Dios la mejora.
Sed vos nuestra intercesora
Rita bienaventurada.
Vuestro adorado Jesús os señaló
Con agrado
Dándoos su cuerpo sagrado
Con lo que os alimentáis
y en premio a vuestra abstinencia
Os prepara una corona.
Sed, vos, nuestra intercesora
Rita bienaventurada.
Con una de sus espinas
Os señaló vuestro esposo
Jesús divino y glorioso
la que en la frente os hería
Y vos, con suma alegría
la bendecís sin demora.
Se, vos, nuestra intercesora
Rita bienaventurada.
Consuelo en vuestras piedades
Encuentran los corazones
En tristeza y aflicciones,
En partos y enfermedades;
Su intención mira lograda
Quien os invoca y adora.
Sed, vos, nuestra intercesora
Rita bienaventurada.
Pues de Dios sois estimada,
De imposibles protectora,
Sed vos nuestra intercesora
Rita bienaventurada.