España hace historia. LA FINAL
Un reinado eterno (4-0)
La mejor España de la Eurocopa aplasta a Italia y alcanza la gloria suprema con la triple corona. La Roja escribe su nombre entre las grandes leyendas del fútbol con un recital de juego incontestable.
roberto morales | kiev 02/07/2012
La selección española inscribió con brillantez su nombre entre las grandes leyendas del fútbol, al convertirse en la primera de la historia que consigue la triple corona, derrotando a una Italia valiente con la mayor goleada en una final (4-0), para hacer del triunfo una costumbre.
España marca el ritmo del fútbol mundial. Es la referencia actual. La generación de oro del fútbol español no tiene un único referente. Es la España de Casillas. La de Xavi que inculcó un estilo. La del mago Iniesta. La del imperial Sergio Ramos y el oportuno Cesc.
Ante el mismo rival con el que enterraron fatalismos del pasado en aquellos penaltis de cuartos de la pasada Eurocopa. Se liberaron los nervios y el fútbol. Siempre aparece en las grandes citas.
Los rivales le asfixian y el tiempo pasa. Xavi no estuvo a su nivel y apareció en la final. Lección de fútbol. Puso un córner medido a la cabeza de Ramos. Cabeceó alto. Y dio salida a los mejores minutos de España. Triangulaciones de ensueño con un ritmo intenso que faltó en el estreno.
Con los olés en la grada aparece Iniesta para cambiar el rumbo. Controla el balón, caracolea y mete una velocidad más para desequilibrar. Dibuja una jugada en su mente y la plasma con precisión. Al desmarque al espacio de Cesc. En la zona del nueve mantiene la calma y asiste a la llegada de Silva. Testarazo a la red del más bajito.
El premio al bolsillo de Del Bosque. Mantuvo su apuesta en Silva con dudas sobre su físico. En la expresión máxima de saber competir se maneja bien España. Mide los esfuerzos con expertos en la materia como Xavi o Iniesta. Italia fue adueñándose del balón y mascó la impotencia. El castigo a su adelanto de metros se lo dio Jordi Alba. Con la velocidad de un atleta de cien metros, al pase de Xavi, y definiendo a la perfección a la salida de Buffon. Restaban cuatro minutos para el descanso.
Una orden en la reanudación, imposible bajar la guardia, prohibido relajarse. Menos aún ante Italia que arrancó tirando de orgullo pero acabó llorando su mala suerte. A los 21 minutos se había lesionado Chiellini. En el descanso entró Di Natale por Cassano, que cabeceó la primera que tocó para rozar el larguero, y que hizo lucirse a Casillas en un mano a mano para situar el nombre del portero entre los candidatos al ‘Balón de Oro’.
Y los riesgos de Prandelli sacaron a relucir las leyes no escritas del fútbol. Agotó los cambios a los 56 minutos con la entrada de Motta. Aguantó sobre el césped 240 segundos. Una lesión muscular dejó a Italia con diez.
España mantiene intacto su hambre de gloria. Los cambios de Del Bosque aumentaron la intensidad. Salió Fernando Torres y marcó a un nuevo pase de Xavi para acabar empatando con los máximos goleadores del torneo. Se estrenó Mata y el primer balón que tocó lo hizo gol. La mayor goleada en una final de Eurocopa. Era el broche de oro.
Un reinado eterno (4-0)
La mejor España de la Eurocopa aplasta a Italia y alcanza la gloria suprema con la triple corona. La Roja escribe su nombre entre las grandes leyendas del fútbol con un recital de juego incontestable.
roberto morales | kiev 02/07/2012
La selección española inscribió con brillantez su nombre entre las grandes leyendas del fútbol, al convertirse en la primera de la historia que consigue la triple corona, derrotando a una Italia valiente con la mayor goleada en una final (4-0), para hacer del triunfo una costumbre.
España marca el ritmo del fútbol mundial. Es la referencia actual. La generación de oro del fútbol español no tiene un único referente. Es la España de Casillas. La de Xavi que inculcó un estilo. La del mago Iniesta. La del imperial Sergio Ramos y el oportuno Cesc.
Ante el mismo rival con el que enterraron fatalismos del pasado en aquellos penaltis de cuartos de la pasada Eurocopa. Se liberaron los nervios y el fútbol. Siempre aparece en las grandes citas.
Los rivales le asfixian y el tiempo pasa. Xavi no estuvo a su nivel y apareció en la final. Lección de fútbol. Puso un córner medido a la cabeza de Ramos. Cabeceó alto. Y dio salida a los mejores minutos de España. Triangulaciones de ensueño con un ritmo intenso que faltó en el estreno.
Con los olés en la grada aparece Iniesta para cambiar el rumbo. Controla el balón, caracolea y mete una velocidad más para desequilibrar. Dibuja una jugada en su mente y la plasma con precisión. Al desmarque al espacio de Cesc. En la zona del nueve mantiene la calma y asiste a la llegada de Silva. Testarazo a la red del más bajito.
El premio al bolsillo de Del Bosque. Mantuvo su apuesta en Silva con dudas sobre su físico. En la expresión máxima de saber competir se maneja bien España. Mide los esfuerzos con expertos en la materia como Xavi o Iniesta. Italia fue adueñándose del balón y mascó la impotencia. El castigo a su adelanto de metros se lo dio Jordi Alba. Con la velocidad de un atleta de cien metros, al pase de Xavi, y definiendo a la perfección a la salida de Buffon. Restaban cuatro minutos para el descanso.
Una orden en la reanudación, imposible bajar la guardia, prohibido relajarse. Menos aún ante Italia que arrancó tirando de orgullo pero acabó llorando su mala suerte. A los 21 minutos se había lesionado Chiellini. En el descanso entró Di Natale por Cassano, que cabeceó la primera que tocó para rozar el larguero, y que hizo lucirse a Casillas en un mano a mano para situar el nombre del portero entre los candidatos al ‘Balón de Oro’.
Y los riesgos de Prandelli sacaron a relucir las leyes no escritas del fútbol. Agotó los cambios a los 56 minutos con la entrada de Motta. Aguantó sobre el césped 240 segundos. Una lesión muscular dejó a Italia con diez.
España mantiene intacto su hambre de gloria. Los cambios de Del Bosque aumentaron la intensidad. Salió Fernando Torres y marcó a un nuevo pase de Xavi para acabar empatando con los máximos goleadores del torneo. Se estrenó Mata y el primer balón que tocó lo hizo gol. La mayor goleada en una final de Eurocopa. Era el broche de oro.