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MANZANEDA DE OMAÑA: Siempre me han encantado las tormentas del pueblo,...

El interno de la prisión de Villahierro, en Mansilla de las Mulas, Fernando F. G., de 40 años de edad, logró fugarse el pasado sábado aprovechando una salida terapeútica a Omaña, una zona a la que ya había acudido en otras cuatro ocasiones anteriores en visitas programadas para desempeñar diversas labores de limpieza.

Según fuentes penitenciarias, el evadido es madrileño, soltero y cumplía condena en la cárcel de Mansilla de las Mulas por robos de automóviles. Su marcha ha causado gran sorpresa porque sólo le faltaban dos años para obtener la libertad condicional y era la quinta vez que participaba en una salida terapéutica destinada a recuperar la confianza y el contacto con el mundo laboral exterior. También estaba inmerso en un programa de deshabituación de drogas.

El preso formaba parte de un grupo de doce reos, atendido por seis cuidadores, que se desplazaron a la localidad de Curueña para ayudar en los trabajos de acondicionamiento de la casa-palacio de los Flórez-Quiñones, una joya arquitectónica cedida hace trece años al municipio de Riello por los herederos, que comenzó a habitarse en el siglo XIV y que el Ayuntamiento pretende abrir al público este verano.

Los responsables del grupo se dieron cuenta de su ausencia a la hora de comer, según confirmaron ayer fuentes vecinales, cuando detuvieron las tareas de desbroce del entorno y limpieza del edificio y recontaron a los trabajadores. Enseguida alertaron a los efectivos de la Guardia Civil y se montó un amplio dispositivo de búsqueda, integrado también por el grupo de voluntarios de Protección Civil de Riello, que peinaron los montes cercanos durante varias horas, sin que su empeño por dar con el fugado finalizara con éxito.

Primera vez en 12 años

Se da la circunstancia de que es la primera fuga que se registra en las salidas programadas de presos que efectúa el juzgado de Vigilancia Penitenciaria desde hace ya doce años. Unas salidas a distintos puntos de la provincia que se repiten cada semana y que llegan a ser diarias para algunos presos que acuden a cursos formativos y que contribuyen a su reinserción en la sociedad.

Según las estadísticas, el índice de quebrantamiento de condena en estos programas es ínfimo y Riello es uno de los municipios leoneses que más colaboran en la reinsercción de reos a través de las salidas terapéuticas.

De hecho, el pasado febrero catorce internos del Centro de Inserción Social (CIS) de León se encargaron durante quince días de la limpieza y desbroce de caminos. Un servicio a la comunidad que sirvió de colofón al curso de mantenimiento de bosques y espacios naturales del programa Reincorpora que les permite trabajar al aire libre. Los vecinos de Riello están acostumbrados a la presencia de presos en sus calles y hasta ahora no se habían registrado incidencias.

TIRSO, ¿ESTO HA SIDO HOY? Tendré el barredero preparado detrás de la puerta, menudo miedo.... con la poca gente que hay en el pueblo, y este cacharro que va lentísimo, como para pedir auxilio, no le dejéis pasar pacá.

Fue el sabado pero no te preocupes, andara por ahi, en alguna casa vacia.

Hablando de casa vacías, se oye se dice que de una se llevaron hasta la cocina de leña. ¿es cierto?

Raquel: Ya veo que estas en el pueblin respirando fresquito. Disfruta. Besines.

hola Rosma, pues en el pueblin estamos, ayer y hoy tormentas con lo cual a recluirse en casa, pero viene bien para el campo.
besos.

Siempre me han encantado las tormentas del pueblo, este año no he pasado ninguna, aunque con los años les voy cojiendo algo de miedo, no en vano un 25 de julio la cayo un rayo a mi abuela. que suerte Raquel, dos tormentas nada menos.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Las tormentas de ayer y hoy no son las que dan mucho miedo, y no se fue la luz que ya preparabamos linternas y velas. Yo les tengo pánico, alguna me ha caído por los montes con las ovejas, y no me dio ni tiempo a llorar del miedo que tenía, perdí hasta la fiambrera la navaja.
Y nada veniros al pueblo que llegais a disfrutar de la tormenta serena. Yo os puedo ofrecer un cafetin.