Las pedanías plantean la necesidad de acotar zonas de recursos micológicos
En La Robla algunos de los ‘esquilmadores’ llegaron a ir en autobuses a por setas
Las setas se presentan como uno de los grandes manjares muy demandadas en hostelería. ICAL
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Del ‘miedo’ de recolectar en el Jamuz a los ‘expoliadores’ de la Valduerna
Regulación de la Junta de Castilla y León
E. N./ P. J. A. / León
Casi recién comenzada una nueva campaña de recogida de setas, vecinos y ‘turistas micológicos’ de las zonas leonesas con grandes recursos forestales se han visto enfrentados por la existencia o la falta de espacios acotados y el hecho cada vez más frecuente de que los “esquilmadores” se apropien de los recursos justificando su actitud en la consideración de lugar público del monte.
Ante esta situación, son varios los representantes de pedanías los que aplauden que las Juntas Vecinales “tengan derecho reconocido por la Junta de Castilla y León” para que el aprovechamiento de los recursos forestales sea adecuado y dentro de los límites de respeto al medioambiente.
El pedáneo de La Robla, Manuel Suárez, denuncia que tuvieron que solicitar el aprovechamiento “porque venían incluso autobuses con gente a recoger setas” y explicó que no cuentan con un coto, sino con un aprovechamiento en la zona de El Rabizo para poder tener derechos, ya que “los pueblos que tienen setales pero disponen de autorización de la administración regional, no tienen luego potestad para exigir quien puede entrar a recoger setas y quien no”.
Para Suárez el funcionamiento es muy simple “con el aprovechamiento, la gente de La Robla puede entrar a coger setas y le damos para ello una licencia, cobrando una tasa simbólica de dos euros que luego se emplean en mantenimiento y limpieza del área de descanso del Rabizo”. En cualquier caso, solicitar un coto es más caro, aunque luego puede subastarse, siendo el ganador de la puja el que tenga finalmente todos los derechos sobre él.
Además de las juntas vecinales, cada vez son más las asociaciones micológicas las que ven con buenos ojos este tipo de iniciativas, como el caso de la Asociación Micológica Gordonesa, con sede en Santa Lucía de Gordón, de la que su presidente, Secundino Vicente, señaló que este tipo de iniciativas son a todas luces “una buena idea que evita que muchos ‘depredadores’, por así decirlo, vengan a esquilmar nuestros recursos”.
Como ejemplo, recientemente han celebrado una nueva edición de su semana micológica con una salida para recoger ejemplares; “este año lo hicimos en la zona de Villamanín, donde no hay coto, pero si tuviéramos que pagar algo, lo gestionaríamos con la Junta Vecinal que tuviera competencia, porque siendo una asociación micológica no vamos a ser más papistas que el Papa”, dijo.
En La Robla algunos de los ‘esquilmadores’ llegaron a ir en autobuses a por setas
Las setas se presentan como uno de los grandes manjares muy demandadas en hostelería. ICAL
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Ante esta situación, son varios los representantes de pedanías los que aplauden que las Juntas Vecinales “tengan derecho reconocido por la Junta de Castilla y León” para que el aprovechamiento de los recursos forestales sea adecuado y dentro de los límites de respeto al medioambiente.
El pedáneo de La Robla, Manuel Suárez, denuncia que tuvieron que solicitar el aprovechamiento “porque venían incluso autobuses con gente a recoger setas” y explicó que no cuentan con un coto, sino con un aprovechamiento en la zona de El Rabizo para poder tener derechos, ya que “los pueblos que tienen setales pero disponen de autorización de la administración regional, no tienen luego potestad para exigir quien puede entrar a recoger setas y quien no”.
Para Suárez el funcionamiento es muy simple “con el aprovechamiento, la gente de La Robla puede entrar a coger setas y le damos para ello una licencia, cobrando una tasa simbólica de dos euros que luego se emplean en mantenimiento y limpieza del área de descanso del Rabizo”. En cualquier caso, solicitar un coto es más caro, aunque luego puede subastarse, siendo el ganador de la puja el que tenga finalmente todos los derechos sobre él.
Además de las juntas vecinales, cada vez son más las asociaciones micológicas las que ven con buenos ojos este tipo de iniciativas, como el caso de la Asociación Micológica Gordonesa, con sede en Santa Lucía de Gordón, de la que su presidente, Secundino Vicente, señaló que este tipo de iniciativas son a todas luces “una buena idea que evita que muchos ‘depredadores’, por así decirlo, vengan a esquilmar nuestros recursos”.
Como ejemplo, recientemente han celebrado una nueva edición de su semana micológica con una salida para recoger ejemplares; “este año lo hicimos en la zona de Villamanín, donde no hay coto, pero si tuviéramos que pagar algo, lo gestionaríamos con la Junta Vecinal que tuviera competencia, porque siendo una asociación micológica no vamos a ser más papistas que el Papa”, dijo.
Hala a ver si te apuntas a la semana micológica esa!