-Daban con aquella piedra, teniala en conserva la tia Filomena, si uno se mancaba y daban un puquitin y te curaba enseguida, habia caido un rayo en Valdelasnia, alli la encontro llamonos que fueramos a ver la piedra del rayo, era una piedrina redonda y bajo a labarla en el rio, labaronla bien labada, habia caido un rayo y mato ovejas y cabras. Yo le pasaba la piedra por la herida con un papel debajo.
Venia gente y preguntaba.
Mi padre creia en la piedra y mucho.
Como la palma mia de la mano.
Dicen que entra muy onda
Venia gente y preguntaba.
Mi padre creia en la piedra y mucho.
Como la palma mia de la mano.
Dicen que entra muy onda
Las piedras de rayo han tenido diversos nombres por diversas culturas clásicas. En los cinco continentes han existido culturas que les han dado nombres e interpretaciones místicas o supersticiosas. Así, en Islandia o Japón se llamaban «piedras de trueno», en Suecia «mallas de Thur», en Hungría «flechas de Dios», «piedras de Ukko» en Finlandia, «dientes de rayo» en Java, «flechas de rayo» en India, «flechas de trueno» en Siberia, «dardos de hada» en Irlanda o Silum Baling Go (uña del dedo gordo del pie de Baling Go) en Borneo. Incluso hoy en día en Grecia, algunos campesinos griegos llaman a estas hachas de piedra astropelekia, que significa «hachas del cielo». En Italia las llamaban sagitta, debido a su forma de flecha, y en la antigua Roma ceraunia.