Chova Piquigualda
Pyrrhocorax graculus
La Chova Piquigualda Pyrrhocorax graculus tiene el plumaje negro, menos azulado en el cuerpo y sin el tono verdoso que se aprecia en las alas y la cola de la Chova Piquirroja. Las patas también son rojas y el pico, más corto, es amarillo y no está tan curvado. Los jóvenes tienen el plumaje negro humo y las patas son negruzcas.
Especie más montañera que la otra Chova, no se la ve en zonas bajas a no ser con situaciones extremadamente frías y con intensas nevadas. Vive en la Cordillera Cantábrica, donde es muy abundante, y en los Pirineos. Vuela con fuerza y boyantemente, planeando a intervalos y elevándose hasta grandes alturas a mucha velocidad, aprovechando las corrientes de aire. Sus vuelos acrobáticos son espectaculares puesto que siempre son efectuados por un grupo de pájaros a la vez, aunque cada uno realiza un ejercicio diferente. Cuando ambas especies de Chova se ven a lo lejos es prácticamente imposible diferenciarlas a no ser que puedan ser escuchadas. Su silueta de vuelo con alas anchas, redondeadas y la cola también redondeada es inconfundible. Su vuelo no es tan pesado como el de los demás córvidos, batiendo las alas a intervalos regulares y alternando con plane
Pyrrhocorax graculus
La Chova Piquigualda Pyrrhocorax graculus tiene el plumaje negro, menos azulado en el cuerpo y sin el tono verdoso que se aprecia en las alas y la cola de la Chova Piquirroja. Las patas también son rojas y el pico, más corto, es amarillo y no está tan curvado. Los jóvenes tienen el plumaje negro humo y las patas son negruzcas.
Especie más montañera que la otra Chova, no se la ve en zonas bajas a no ser con situaciones extremadamente frías y con intensas nevadas. Vive en la Cordillera Cantábrica, donde es muy abundante, y en los Pirineos. Vuela con fuerza y boyantemente, planeando a intervalos y elevándose hasta grandes alturas a mucha velocidad, aprovechando las corrientes de aire. Sus vuelos acrobáticos son espectaculares puesto que siempre son efectuados por un grupo de pájaros a la vez, aunque cada uno realiza un ejercicio diferente. Cuando ambas especies de Chova se ven a lo lejos es prácticamente imposible diferenciarlas a no ser que puedan ser escuchadas. Su silueta de vuelo con alas anchas, redondeadas y la cola también redondeada es inconfundible. Su vuelo no es tan pesado como el de los demás córvidos, batiendo las alas a intervalos regulares y alternando con plane