El pueblo vacío
soledad incierta,
gruñido del río,
esperanza muerta,
arrasta el hastío
que vaya y no vuelva.
Crisantemos rojos,
azul y violeta,
custodian sepulcros
que albergan tinieblas,
las lágrima brotan
y caen en la tierra,
se vuelven copiosas,
dejad que así sea.
Omaña está ausente,
suspira sus quejas,
de los que se fueron
y no están con ella,
de los que partieron
a una luz inmensa,
en la lejanía
de una nueva senda
que bién se divisa
y mal se contempla,
pues es tan dificil
abrir esta puerta...
Tan sólo me alumbra
la luz de una vela
que nunca se acaba
y es fiel centinela,
lo mismo en mi pueblo
que alli, en Manzaneda
que enamora al cielo
con su tez morena,
junto al camposanto,
cómo una azucena,
consuela y serena
a los que a los suyos
recuerdan y rezan,
a los que ya duermen
y no se despiertan.
No hay nadie, tristeza,
tan sólo es el viento
que mira y se aleja
me tiemblan las piernas,
no soy a sostenerlas.
¿A donde se han ido?
¿Porqué se han marchado
y aquí no regresan?
yo te lo pregunto
y tú no contestas
! que poca dulzura
y cuanta crudeza!
! que triste es saber
que no hay primavera!
que la luz se apaga
y encender quisiera.
! Oh bruma de Omaña,
detén tu presencia
y a nuestros difuntos
que el sol resplandezca,´
dándoles calor y la paz eterna!
y a todos nosotros, déjanos pensar
en su amarga ausencia.
.
soledad incierta,
gruñido del río,
esperanza muerta,
arrasta el hastío
que vaya y no vuelva.
Crisantemos rojos,
azul y violeta,
custodian sepulcros
que albergan tinieblas,
las lágrima brotan
y caen en la tierra,
se vuelven copiosas,
dejad que así sea.
Omaña está ausente,
suspira sus quejas,
de los que se fueron
y no están con ella,
de los que partieron
a una luz inmensa,
en la lejanía
de una nueva senda
que bién se divisa
y mal se contempla,
pues es tan dificil
abrir esta puerta...
Tan sólo me alumbra
la luz de una vela
que nunca se acaba
y es fiel centinela,
lo mismo en mi pueblo
que alli, en Manzaneda
que enamora al cielo
con su tez morena,
junto al camposanto,
cómo una azucena,
consuela y serena
a los que a los suyos
recuerdan y rezan,
a los que ya duermen
y no se despiertan.
No hay nadie, tristeza,
tan sólo es el viento
que mira y se aleja
me tiemblan las piernas,
no soy a sostenerlas.
¿A donde se han ido?
¿Porqué se han marchado
y aquí no regresan?
yo te lo pregunto
y tú no contestas
! que poca dulzura
y cuanta crudeza!
! que triste es saber
que no hay primavera!
que la luz se apaga
y encender quisiera.
! Oh bruma de Omaña,
detén tu presencia
y a nuestros difuntos
que el sol resplandezca,´
dándoles calor y la paz eterna!
y a todos nosotros, déjanos pensar
en su amarga ausencia.
.
Muchísimas gracias, Marilín. Te lo agradezco infinitamente. Todo un detallazo de tu amabilidad, generosidad y cortesía, algo innato en ti.
Hay un libro publicado por nuestro paisano omañés de "El Ariego de Abajo", José Fernández Arienza que se titula "Crónica de la Medicina en León, 1900-1993", del Colegio de Médicos de León. En su página 116-117, aparece la biografía del Dr. Manuel Caruezo Landeras, junto con una foto en la que tiene la mano derecha apoyada en el carrillo derecho. Nació en 1901 y finalizó su carrera a los 23 años el día 3 de Marzo de 1924. Ocupó la plaza de médico titular de Vegarienza, con residencia en Aguasmestas. El 24 de Junio de 1929 fue elegido vocal de la Junta directiva del Colegio, representando a los médicos del partido de Murias de Paredes. Durante los años 1934-35, tuvo abundantes polémicas con los restantes directivos, especialmente con el entonces Presidente, don Enrique González Luaces. Cesó cómo vocal el 30 de noviembre de 1935. El Dr. Caruezo desapareció en los primeros años de la Guerra Civil, posiblemente cómo consecuencia de sus convicciones socialistas, dándosele como presunto fallecido, por lo que Previsión Médica Nacional, acordó el 30 de marzo de 1938, conceder un susbsidio a su beneficiaria condicional doña Jerónima Vicenta Landeras. Nunca apareció su cadáver. Todo un misterio. Pregunté en Riello y me comentaron que la última vez que se le vió, fué en Curueña por unas ancianas con las manos atadas a la espalda. Recibe un beso, muy, muy, muy fuerte para ti y otro para Aude.
Hay un libro publicado por nuestro paisano omañés de "El Ariego de Abajo", José Fernández Arienza que se titula "Crónica de la Medicina en León, 1900-1993", del Colegio de Médicos de León. En su página 116-117, aparece la biografía del Dr. Manuel Caruezo Landeras, junto con una foto en la que tiene la mano derecha apoyada en el carrillo derecho. Nació en 1901 y finalizó su carrera a los 23 años el día 3 de Marzo de 1924. Ocupó la plaza de médico titular de Vegarienza, con residencia en Aguasmestas. El 24 de Junio de 1929 fue elegido vocal de la Junta directiva del Colegio, representando a los médicos del partido de Murias de Paredes. Durante los años 1934-35, tuvo abundantes polémicas con los restantes directivos, especialmente con el entonces Presidente, don Enrique González Luaces. Cesó cómo vocal el 30 de noviembre de 1935. El Dr. Caruezo desapareció en los primeros años de la Guerra Civil, posiblemente cómo consecuencia de sus convicciones socialistas, dándosele como presunto fallecido, por lo que Previsión Médica Nacional, acordó el 30 de marzo de 1938, conceder un susbsidio a su beneficiaria condicional doña Jerónima Vicenta Landeras. Nunca apareció su cadáver. Todo un misterio. Pregunté en Riello y me comentaron que la última vez que se le vió, fué en Curueña por unas ancianas con las manos atadas a la espalda. Recibe un beso, muy, muy, muy fuerte para ti y otro para Aude.
Muchas gracias, Octavio, por tu detallada información. Yo había llegado ayer a la misma conclusión: esto es un misterio.
Lo que sabemos, desde hace pocos días, es lo siguiente: el Dr. Caruezo abandonó Aguas Mestas al llegar las tropas franquistas en la segunda quincena de octubre de 1937. Sometido a expediente de depuración, como todos los funcionarios de la época, fue sancionado con la pérdida de su plaza de médico en Aguas Mestas y la expulsión del Cuerpo por haber abandonado su plaza sin permiso de sus superiores y sin habérselo comunicado previamente. La sanción se publicó en el BOE del 1 de febrero de 1938. En el mismo boletín se hacía referencia a otros funcionarios sometidos a depuración, que no podían ser sancionados por haber muerto ya. Es decir, que las autoridades presumían que el Dr. Caruezo estaba vivo en esa fecha. Y digo que presumían porque ayer pude, por fin, consultar el censo de presos que hubo en San Marcos entre 1936 y 1949: su nombre no aparece en él. Tengo la impresión de que su hermana, por motivos que desconozco, porque falleció ya hace años, se inventó la historia de que lo encarcelaron allí hasta que un día lo sacaron y lo mataron.
He consultado listas de presos en cárceles de las provincias de León y Asturias, de trasladados a otras provincias, de juzgados en Consejo de guerra, de fusilados, de "paseados", de fallecidos por causas naturales, de torturados y represaliados... No aparece. Desapareció en octubre de 1937. Posiblemente, porque huyó como tantos otros. No sé si se exiliaría, porque un familiar suyo, que vivía en Pola de Gordón escapó y llegó a Chile. Con la democracia volvió unos meses y luego volvió allí, pues allí tenía su familia. Pero, el Dr. Caruezo no ha dado señales de vida nunca.
Como te decía muchas gracias por todo. Si supiera algo, ya te lo diré, pero, lo dudo.
Lo que sabemos, desde hace pocos días, es lo siguiente: el Dr. Caruezo abandonó Aguas Mestas al llegar las tropas franquistas en la segunda quincena de octubre de 1937. Sometido a expediente de depuración, como todos los funcionarios de la época, fue sancionado con la pérdida de su plaza de médico en Aguas Mestas y la expulsión del Cuerpo por haber abandonado su plaza sin permiso de sus superiores y sin habérselo comunicado previamente. La sanción se publicó en el BOE del 1 de febrero de 1938. En el mismo boletín se hacía referencia a otros funcionarios sometidos a depuración, que no podían ser sancionados por haber muerto ya. Es decir, que las autoridades presumían que el Dr. Caruezo estaba vivo en esa fecha. Y digo que presumían porque ayer pude, por fin, consultar el censo de presos que hubo en San Marcos entre 1936 y 1949: su nombre no aparece en él. Tengo la impresión de que su hermana, por motivos que desconozco, porque falleció ya hace años, se inventó la historia de que lo encarcelaron allí hasta que un día lo sacaron y lo mataron.
He consultado listas de presos en cárceles de las provincias de León y Asturias, de trasladados a otras provincias, de juzgados en Consejo de guerra, de fusilados, de "paseados", de fallecidos por causas naturales, de torturados y represaliados... No aparece. Desapareció en octubre de 1937. Posiblemente, porque huyó como tantos otros. No sé si se exiliaría, porque un familiar suyo, que vivía en Pola de Gordón escapó y llegó a Chile. Con la democracia volvió unos meses y luego volvió allí, pues allí tenía su familia. Pero, el Dr. Caruezo no ha dado señales de vida nunca.
Como te decía muchas gracias por todo. Si supiera algo, ya te lo diré, pero, lo dudo.
Volviendo al médico de los pobres. La familia siempre ha dicho que él decidió no marcharse de Aguas Mestas, cuando llegasen las tropas franquistas, porque no había hecho nada malo. Y que, después, les llegó el rumor de que a los tres días de llegar éstas, unos falangistas lo sacaron de su casa y se lo llevaron a San Marcos, donde lo dejaron. Durante meses, su hermana Nieves iba a llevarle ropa y alimentos todos los días, cogiendo el autobús todas las mañanas en La Pola de Gordón hacia León. Y que, al cabo de unos meses, la dijeron que ya no estaba allí. Después, les llegó el rumor de que unos falangistas lo habían sacado y trasladado a la zona de Mansilla de las Mulas, donde lo mataron, y que una mujer que lo conocía, lo hizo enterrar en el cementerio con nombre falso.
Desde hace un año que me enteré de todo esto, pensé que todas esta historia era falsa, porque en octubre de 1937 la represión estaba ya organizada. No había elementos incontrolados deteniendo a la gente y, menos llevándosela a decenas de kilómetros de distancia para encarcelarla, cuando podían entregarla a la Guardia Civil. En esas fechas, además, ya sólo se detenía por órdenes de la autoridad militar o civil, o por denuncia de otra persona. Cosa que no se dio nunca en este caso. Cuando se le depura, no es por ser desafecto al Movimiento Nacional (como fue el caso de otros a los que depuraron el mismo día que a él le depuraban por otro motivo), sino por haber abandonado su puesto de trabajo sin comunicarlo a sus superiores y no haber vuelto aún el 27 de enero de 1938. Una norma, por cierto, que sigue existiendo hoy en día. Y esto demuestra, también, que huyó de Aguas Mestas, porque si no, no le hubieran acusado de abandonar su puesto de trabajo.
La prueba de que no fue llevado a San Marcos es que no figura en los ficheros de los presos que estuvieron allí. Y si no entró, no pudo salir. Es decir, nunca fue llevado a Mansilla de las Mulas ni enterrado allí.
Sin embargo, su hermana iba todos los días a verle. La gente la veía coger el autobús a primera hora de la mañana. Es evidente que no iba a San Marcos, porque si hubiera ido, le habrían dicho que allí no estaba. Luego, iba a otra parte, donde sí estaba su hermano. En buena lógica, en algún pueblo entre La Pola y León. Posiblemente, oculto.
Al cabo de unos meses, ella dice que ya no está en San Marcos y se le declara, como me decías, presuntamente muerto. Nadie ve el cadáver. La familia siempre lo ha dado por muerto, a diferencia de su hermano Diego, que escapó a Chile, del que siempre dijeron que se había ido al extranjero. Es decir, que sabían que el doctor estaba muerto. Y esto sólo es posible si lo vio alguno de ellos. Lo más lógico es pensar que murió de frío o de un ataque cardíaco (al no salir de casa durante meses) o de un accidente fortuito y que, luego, fuese enterrado en una huerta de la misma casa donde se ocultase o en el cementerio local con identidad falsa, si tenían amigos en el mismo.
Lo curioso de todo esto es que, al menos, su hermana supo lo que sucedió con él y nunca lo dijo a personas ajenas a la familia. Se puede entender que tuviera miedo de comprometer a los que le ocultaban, pero, los delitos, si es que se cometió alguno, prescriben a los 30 años, por lo que en 1968 ya pudo decirlo. Y no lo dijo. Desconozco sus razones. Tampoco, entiendo que el doctor se marchase, cuando nadie le denunció nunca ni se ordenó su busca y captura ni se le juzgó en rebeldía. Doy por concluida mi investigación, ya que sólo su familia de entonces sabe lo que ocurrió y ya no está para contárnoslo.
Desde hace un año que me enteré de todo esto, pensé que todas esta historia era falsa, porque en octubre de 1937 la represión estaba ya organizada. No había elementos incontrolados deteniendo a la gente y, menos llevándosela a decenas de kilómetros de distancia para encarcelarla, cuando podían entregarla a la Guardia Civil. En esas fechas, además, ya sólo se detenía por órdenes de la autoridad militar o civil, o por denuncia de otra persona. Cosa que no se dio nunca en este caso. Cuando se le depura, no es por ser desafecto al Movimiento Nacional (como fue el caso de otros a los que depuraron el mismo día que a él le depuraban por otro motivo), sino por haber abandonado su puesto de trabajo sin comunicarlo a sus superiores y no haber vuelto aún el 27 de enero de 1938. Una norma, por cierto, que sigue existiendo hoy en día. Y esto demuestra, también, que huyó de Aguas Mestas, porque si no, no le hubieran acusado de abandonar su puesto de trabajo.
La prueba de que no fue llevado a San Marcos es que no figura en los ficheros de los presos que estuvieron allí. Y si no entró, no pudo salir. Es decir, nunca fue llevado a Mansilla de las Mulas ni enterrado allí.
Sin embargo, su hermana iba todos los días a verle. La gente la veía coger el autobús a primera hora de la mañana. Es evidente que no iba a San Marcos, porque si hubiera ido, le habrían dicho que allí no estaba. Luego, iba a otra parte, donde sí estaba su hermano. En buena lógica, en algún pueblo entre La Pola y León. Posiblemente, oculto.
Al cabo de unos meses, ella dice que ya no está en San Marcos y se le declara, como me decías, presuntamente muerto. Nadie ve el cadáver. La familia siempre lo ha dado por muerto, a diferencia de su hermano Diego, que escapó a Chile, del que siempre dijeron que se había ido al extranjero. Es decir, que sabían que el doctor estaba muerto. Y esto sólo es posible si lo vio alguno de ellos. Lo más lógico es pensar que murió de frío o de un ataque cardíaco (al no salir de casa durante meses) o de un accidente fortuito y que, luego, fuese enterrado en una huerta de la misma casa donde se ocultase o en el cementerio local con identidad falsa, si tenían amigos en el mismo.
Lo curioso de todo esto es que, al menos, su hermana supo lo que sucedió con él y nunca lo dijo a personas ajenas a la familia. Se puede entender que tuviera miedo de comprometer a los que le ocultaban, pero, los delitos, si es que se cometió alguno, prescriben a los 30 años, por lo que en 1968 ya pudo decirlo. Y no lo dijo. Desconozco sus razones. Tampoco, entiendo que el doctor se marchase, cuando nadie le denunció nunca ni se ordenó su busca y captura ni se le juzgó en rebeldía. Doy por concluida mi investigación, ya que sólo su familia de entonces sabe lo que ocurrió y ya no está para contárnoslo.
Gracias Victor por tu interes e informacion, pero una cosa, las investigaciones nunca deben darse por concluidas, un saludo.