En lo que se refiere a Santa Lucía, antiguamente la festividad se celebraba el 23 de diciembre y de ahí que queden dichos en el refranero como ”Por Santa Lucía, se acortan las noches y crecen los días”, o “En llegando Santa Lucía, un palmo crece el día”. De hecho, en países como Suecia se sigue celebrando Santa Lucía como festividad asociada a la luz y a la lucha que cada año se produce entre la oscuridad y la luz. Precisamente, antiguamente en Escandinavia, donde los inviernos se caracterizan por la falta de luz, la principal celebración del año era la festividad de Yul y el re-nacimiento del Sol; era una fiesta centrada en la familia, y dedicada a la fertilidad y los solsticios, con especial atención a los antepasados y la hospitalidad hacia los forastero