Esta
historia se desarrolla en dos momentos separados por un siglo. Primero nos situaremos a finales del siglo XIX. Nueva Zelanda era un país en formación –no fue independiente de Gran Bretaña hasta 1907- y los esfuerzos de los colonos de origen holandés y británico se centraban en el
ganado ovino, que se encontraba en plena expansión. Pero el aumento de las cabezas de ganado obligaba a un crecimiento paralelo de los pastos. Y en este punto se incorpora a la narración el abejorro de pelo corto.
Esta
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