En este Santuario vivieron los monjes desde el siglo por hasta el XIII. Estos no construyeron un Monasterio artístico y suntuoso, porque no encajaba en sus quehaceres agrícolas. Pero, según el lema benidictino, ora et labora, necesitaban un templo para orar y una casa para descansar de sus cotidianos trabajos. Y de esta manera surgio el Monasterio de Manzaneda.