Una vez las hadas estaban tristes y deambulaban cabizbajas; sus ojos encendidos parecían sombríos. También los faunos se movían perezosamente. Algo había ocurrido, algo que les costaba trabajo entender pues el suceso no pertenecía a su mundo mágico.
Se diría que en ese momento dejaron de ser espíritus. Lo que les desconcertó fue el aterrador descubrimiento de aquel ser : el verdadero sentido de la vida.
Ellos hablaban y hablaban entre sí muy preoucpados diciédose , sin necesidad de palabras, nada
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