Policarpo Sainz, el de La Braguía, podrá seguir viviendo al modo de los antiguos pasiegos: en una cabaña, sobre los pastos, junto al ganado, de manera itinerante en ocasiones, ajeno a lo que ocurre no ya en el mundo, sino en la vecina Selaya. Las vacas que dan sentido a su vida no van a ser embargadas, pero no porque el juez haya estimado el recurso presentado por su abogada, sino porque ciertas donaciones anónimas van a permitirle hacer frente a la indemnización impuesta.
Él sabe algo, aunque desconfía ... (ver texto completo)
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j,,,,,,,, hermano cuando te pones, te pones.... ajjajajajaja