Soy quien desde
Cuba, llevó el ángel de mi abuelo. Como tantos españoles, llegó con 20 años a esta isla, en un incierto viaje de comienzo. No fue hasta hace algunos años, que convocada por mi amorosa
familia española, regresé al pequeño
pueblo. Nadie de mi numerosa familia, había podido estar allí. Llegamos en la
noche y un temblor recorrió mi cuerpo, la emoción me llevó al llanto. Abuelo Constante, estaba allí. (Fernando Constantino Fernández Vega)
Imaginen mi rostro de asombro cuando vi una lápida
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