MONTRONDO: LEYENDA DEL POZO YAO (Contada por Enedina Garcia Sabugo)...

LEYENDA DEL POZO YAO (Contada por Enedina Garcia Sabugo)
En las montañas de León/ dónde nieva noche y día/ en las largas noches de invierno/ estas coplillas se oían.
Hace tiempo, cuentan todos/que en estas tierras pasó/ este suceso tan triste/
Que en bella leyenda quedó.
Tenemos en estos valles una hermosa laguna dónde se bañan los patos/ y más animales disfrutan.
Se hacen grandes excursiones/ dando vuelta a la laguna/ y bebiendo de estas aguas/ tan frescas y cristalinas.
Cuentan las gentes de acá/ que en la laguna vivía/ una enorme serpiente/ que de vez en cuando se veía.
Mataba a toda la gente/ que al paso se le ponía/ y bajaba hasta el pueblo../
Devorando cada día/ todo lo que allí pescaba/ y con ella nadie podia.
Vivían aquí en Montrondo/ tres hermana muy queridas/ que hablaron de poner fin a esta fiera empedernida.
Dice la pequeña hermana/ voy a ir a la laguna/ a matar a la serpiente/ y terminar con su vida.
La jóven coge el rosario/ y se va hacia la laguna/ pero en medio del camino/ una vieja le pregunta.
¿Dónde vas hermosa jóven/ No ves que acecha la noche/ y la serpiente camina?/
Peiname y estate un poco en mi grata compañia.
Así lo hizo la jóven/ y con peine de plata fina/ pues en el bolso de la anciana/ a la jóven la ilumina.
En la fuente los "Paidores"/ charlaban y se reían y al final dijo la vieja:/ Vete tranquila a la cima/ reza mucho en el camino/ y piensa en mi todos los días/ que eres buena y cariñosa/ y las gentes te necesitan.
Con unos pasos muy firmes/para dar fin a su vida/ caminaba hacía la cima/temblorosa y pensativa.
Por fin llega a la laguna/para acabar con su vida, / con sus rezos y oraciones/ milagros hace la niña.
Y viendo salir del pozo/ siete cabezas lanzadas/ se dirige a la mayor/ que era grande y aguzada/ ella le tira el rosario/ y una cadena se armara/ que se apoderó de la fiera/y a la hondura la arrastrara/ librando así a estas gentes/ de tan terrible desgracia.
Allí nació una abedul/ dando crédito a este drama/ que ocurrió hace mas de mil años/ por estas tierras doradas.
No os olvidéis del cuento/ que yo aprendí de niña/en largas noches de invierno/ pues mi madre lo confirma/ y yo quiero que aprendáis/ para contar algún día.
También vivieron los moros/ muy cerca de esta laguna/ dejando por estas tierras/ tesoros que hoy la gente busca.
Testigo lo dan los montes/ dónde acamparon un día/ dejando allí sus molinos que hoy retumban todavía.
Por las cimas de estos valles/ pasan los excursionistas/ para ver si encuentran oro/ que los moros enterrarían.
Y esto es todo señores, Enedina lo confirma/ desde este pequeño pueblo/ que está al norte de la cima/ dónde cantan las cigarras/ y anidan las golondrinas/
¡VIVA POR SIEMPRE MONTRONDO¡/ aquí queda esta coplilla y mis cariñosos saludos para todo el que la lea.
Enedina
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