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Pendones, NISTAL

Los Pendones
Los Pendones leoneses

Elementos señeros de la identidad de la
Región Leonesa, tan sólo pueden contemplarse,
habitualmente, en la actual provincia de León, con
algunas muestras próximas conservadas en tierras
que mantienen rasgos de la historia y cultura de
esta Región: Zamora, noroeste de Palencia, la
Liébana de Cantabria,…

Nuestros pendones son grandes enseñas,
integradas por una “vara” (mástil) que alcanza
entre 7 y 13 metros, la tela, que acostumbra a ser
de seda adamascada en franjas de número impar
que combinan colores entre los cuales los más
habituales son el rojo (color real leonés) y el verde
(identificado con el Islam y por ello con las
victorias habidas frente a él), y también el blanco y
el azul en pendones más vinculados con
devociones marianas.

El peso del conjunto oscila entre los 15 y
los 35 kg. Para ayudar a su desplazamiento se
dispone de los “remos”, cordones que se fijan a lo
más alto de la vara y que pueden llevar uno o dos
“remeros”. El manejo del pendón exige tanto fuerza
como pericia, sumándose a ello la voluntad que
ponen sus portadores de realizar especiales
demostraciones.

Su carácter, pues, es en origen civil,
identitario de las comunidades, pero, con el
transcurso de los tiempos, pasaron a integrarse en
celebraciones religiosas (romerías, rogativas,…),
por lo que se entendió de alguna manera que
integraban más a la “parroquia” que al “concejo”.
No obstante, algunas muestras de cultura y saber
popular señalan su carácter original:
“Las Campanas y el Pendón, del Pueblo son”.

En esa adaptación a ceremoniales
religiosos se produjo una cierta rivalidad: se
discutía quién había de presidir las procesiones, si
el pendón del pueblo o la cruz de la parroquia. De
alguna manera este “conflicto” se resolvió
incorporando una cruz en el vértice de la vara de
muchos pendones, aunque algunos aún portan
adornos vegetales que recuerdan el ya referido
origen céltico.
Su presencia más destacada tiene lugar, en
nuestros días, en celebraciones de religiosidad
popular como las que rodean las fiestas y traslados
de la Patrona de la Región Leonesa, La Virgen del
Camino, y otras devociones de comarcas como
Maragatería, Valduerna, Montaña oriental (La
Velilla, Corona,…), Páramo, Sobarriba, …y,
especialmente, en las que han dado carácter a las
fiestas de mayor interés que la capital, León, acoge,
como las de San Froilán a inicios de octubre.

Con un origen histórico en las enseñas
medievales que agrupaban a las gentes de los
lugares y concejos de pueblos en las luchas de la
Reconquista cristiana y la formación y defensa del
Viejo Reino de León, existe también la convicción
de que rememoran antiguos “mayos” celtas
(“totems” con motivos vegetales que este Pueblo
del Norte mantiene aún en nuestros día ligados a
celebraciones de carácter festivo y religioso).

Con cierto abandono en algún tiempo, hoy
los pendones están recibiendo un destacado interés
por su recuperación y difusión. De los cerca de
1300 que se estimó llegó a haber en territorio
provincial hoy concurren a actos como los de San
Froilán entorno a 120 (en su mayoría de las
comarcas más próximas a la ciudad), pero, se
estima que contamos con más de 300 en buen
estado y un gran número en proceso de
restauración o renovación.

La labor de catalogación, iniciada hace
años por el Instituto Leonés de Cultura, con la
participación de estudiosos y especialistas de la
cultura tradicional, es uno de los objetivos que se
ha marcado la Asociación de Pendones del Reino
de León, nacida a la luz de estos magníficos
símbolos y heraldos de nuestro Pueblo