Guaja, sigues sin dar una pista. Gracias por tus buenos deseos. Me recuerdas las clases particulares que impartía doña Leocadia a las niñas en su casa de la Mata. Ayer cumplió años -si es que vive- Argimirín, el hijo de Griselda. Tu talante es de mucho talento. Un beso.E.