Ese relato tan bonito que has puesto recordando a tu padre: Pío Diez, en el que rememoras el episodio de los lobos que le siguieron en aquella ocasión durante la ventisca de nieve que le sorprendió a su vuelta a casa después del duro trabajo de la mina, me ha emocionado, haciéndome recordar todas aquellas personas que, como tu padre, se desplazaban diariamente a Canales, La Magdalena, Otero de las Dueñas, Garaño, etc… para ganarse el jornal en las diversas empresas que entonces había.
La labor del minero es peligrosa, requiere mucho esfuerzo físico y, en algunos casos, un conocimiento especializado de las diferentes tareas. A todo esto hay que añadir a mayores para los obreros ubicados del Carballo para arriba (zona de la Omaña baja) el desplazamiento diario: con lluvia, viento, sol, nieve helada…. y como medio más empleado de locomoción: la bicicleta que casi todo el mundo la tenía, incluso una de repuesto que, cuando querían hacer uso de ella ya se la habíamos estropeado alguno de los hijos en nuestros paseos. Pero cuando las inclemencias del tiempo eran extremas el viaje era a pie, soportándolo todo estoicamente. Menos mal que estaban las paradas de rigor para tomar fuerzas así: La casa de la Sra. Felipa -en Soto y Amio- La casa de Cuceto y el “Gatiñal” de Floro en Quintanilla y Bobia, la de Angelin”Rosales” en Canales y un largo etc. de cantinas en la que entrar a calentarse y “tomar un vaso” para poder seguir…..
Había senderos y atajos que, de todos los pueblos confluían en la carretera general. ¡No tenían ni una hierba de lo trillados que estaban!
Recuerdo, en particular, a un minero: Longinos, que nunca aprendió a andar en bici, era superior a sus fuerzas y día a día se iba a la mina en E. GASSET, andando hiciera sol o cayeran chuzos.
Luego vino la época de las motocicletas ¿Quién no recuerda las Montesa, Ossa, Derby, Bultazo, Motobic?, pero sobre todo aún tengo presente el sonido de las M. V. de cuatro tiempos. Se oía su sonido rotundo en varios kilómetros a la redonda.
Ya más cercana está la época del automóvil, que casi todos los mineros llegaron a disfrutar y el autocar que desplazaba a los obreros de J. Blanco a las minas de Valdesamario S. L. Entre estos últimos me encontré durante algún tiempo y guardo de este periodo un grato recuerdo sobre todo del compañerismo y buen rollo que existía allá en el fondo.
¡Gente minera! A muchos conocí. Unos ya no están con nosotros, pero con los que quedan tengo, siempre que puedo, muchos ratos de agradable conversación y recuerdos; para todos ellos mi afecto y consideración especial. Nathos
La labor del minero es peligrosa, requiere mucho esfuerzo físico y, en algunos casos, un conocimiento especializado de las diferentes tareas. A todo esto hay que añadir a mayores para los obreros ubicados del Carballo para arriba (zona de la Omaña baja) el desplazamiento diario: con lluvia, viento, sol, nieve helada…. y como medio más empleado de locomoción: la bicicleta que casi todo el mundo la tenía, incluso una de repuesto que, cuando querían hacer uso de ella ya se la habíamos estropeado alguno de los hijos en nuestros paseos. Pero cuando las inclemencias del tiempo eran extremas el viaje era a pie, soportándolo todo estoicamente. Menos mal que estaban las paradas de rigor para tomar fuerzas así: La casa de la Sra. Felipa -en Soto y Amio- La casa de Cuceto y el “Gatiñal” de Floro en Quintanilla y Bobia, la de Angelin”Rosales” en Canales y un largo etc. de cantinas en la que entrar a calentarse y “tomar un vaso” para poder seguir…..
Había senderos y atajos que, de todos los pueblos confluían en la carretera general. ¡No tenían ni una hierba de lo trillados que estaban!
Recuerdo, en particular, a un minero: Longinos, que nunca aprendió a andar en bici, era superior a sus fuerzas y día a día se iba a la mina en E. GASSET, andando hiciera sol o cayeran chuzos.
Luego vino la época de las motocicletas ¿Quién no recuerda las Montesa, Ossa, Derby, Bultazo, Motobic?, pero sobre todo aún tengo presente el sonido de las M. V. de cuatro tiempos. Se oía su sonido rotundo en varios kilómetros a la redonda.
Ya más cercana está la época del automóvil, que casi todos los mineros llegaron a disfrutar y el autocar que desplazaba a los obreros de J. Blanco a las minas de Valdesamario S. L. Entre estos últimos me encontré durante algún tiempo y guardo de este periodo un grato recuerdo sobre todo del compañerismo y buen rollo que existía allá en el fondo.
¡Gente minera! A muchos conocí. Unos ya no están con nosotros, pero con los que quedan tengo, siempre que puedo, muchos ratos de agradable conversación y recuerdos; para todos ellos mi afecto y consideración especial. Nathos
Hola nathos, eh leido tu relato donde tu cuentas esa historia de los lobos y yo me acuerdo de mi padre contar esomi padre tambien trajo en la mina de canales, el se llamaba (MANUEL) hero gallego, o se si tu lo conociste, yo me correspondo con (ADELA) de Oterico hella es una chica muy atenciosa, y me manda muchas fotos de nuestra españa, si tu quiers mi correo (pazepazespanha@yahoo. com. br) unabrazo amigo.. PAZ..