Ofertas de luz y gas

OTERICO: [ VI ]...

[ VI ]

Que no tenga por molesto
en doña Luisa don Juan,
ver que a puro solimán,
traiga medio turco el gesto,
porque piensa que con esto
ha de agradar a la gente:
Malhaya quien lo consiente.

Que adore a Belisa un bruto,
y que ella olvide sus leyes,
si no es cual la de los reyes
adoración con tributo:
que a todos les venda el fruto
cuya flor llevó el ausente:
Malhaya quien lo consiente.

Que el mercader dé en robar
con avaricia crecida;
que hurte con la medida
sin tenerla en el hurtar;
que pudiendo maullar,
prender al ladrón intente:
Malhaya quien lo consiente.

Que su limpieza exagere
porque anda el mundo al revés,
quien de puro limpio que es,
comer el puerco no quiere,
y que aventajarse espere
al Conde de Benavente:
Malhaya quien lo consiente.

Que el letrado venga a ser
rico por su mujer bella,
más por su parecer de ella,
que por su bien parecer,
y que no pueda creer
que esto su casa alimente:
Malhaya quien lo consiente.

Que de rico tenga fama
el médico desdichado,
y piense que no le ha dado
más su mujer en la cama,
curando de amor la llama,
que no en la cama el doliente:
Malhaya quien lo consiente.

Y que la viuda enlutada
les jure a todos por cierto,
que de miedo de su muerto,
siempre duerme acompañada:
que de noche esté abrazada
por esto de algún valiente:
Malhaya quien lo consiente.

Que pida una y otra vez,
fingiendo virgen el alma,
la tierna doncella palma,
si es dátil su doncellez;
y que dejándola en Fez,
la haga siempre presente:
Malhaya quien lo consiente.

Que el escribano en las salas
quiera encubrirnos su tiña,
siendo ave de rapiña
con las plumas de sus alas;
que echen sus cañones balas
a la bolsa del potente:
Malhaya quien lo consiente.

Que el que escribe sus razones
algo de razón se aleje,
y que escribiendo se deje
la verdad entre renglones:
que por un par de doblones
canonice al delincuente:
Malhaya quien lo consiente.