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fallecimiento de D. Germán, OTERO DE LAS DUEÑAS

En el año 2009, con motivo de su despedida de La Magdalena donde llevaba 37 años y de Canales unos 20 años, se le hizo una comida-homenaje, asi como una placa y unos regalos.
Aquí les dejo el escrito hecho por Polo, que se leyó al final dedicado a D. Germán:

UNAS PALABRAS EN LA COMIDA QUE NOS REUNE PARA EXPRESAR NUESTRO AGRADECIMIENTO A MÁS DE 35 AÑOS DE D. GERMÁN EN LA PARROQUIA DE LA MAGDALENA.

Querido, muy querido D. Germán. Bueno, algunos te llamamos Germán pero todos queremos decir lo mismo porque te sentimos, te queremos, eres uno de los nuestros. Durante más de 35 años… ¡tantos! formas parte del paisaje de nuestro pueblo, te hemos visto como uno de nosotros, un vecino singular, un amigo entrañable, un referente silencioso, una mano abierta, un rostro apaciguador, una sonrisa a medio llegar, un paso seguro y sin prisas…
Cuando me acerco para saludarte, darte la mano una mañana fría del invierno al finalizar la misa del domingo, después de largas horas cabalgando de pueblo en pueblo, un eléctrico escalofrío sacude mi brazo porque tu mano está fría como el hielo y unas cuantas sensaciones se agolpan en mi cabeza: ¿Quién es este hombre que conozco de toda la vida aquí, a nuestro lado? ¿por qué mientras nosotros vamos y venimos, él siempre está como esperándote? ¿es que nunca descansa como si de un árbol perenne plantado se tratase?
D. Germán, acaso hayas sido para la mayoría de nosotros el más familiar de los vecinos y sin embargo qué poquito sabemos de ti… Pero no es cierto porque sí que sabemos que has sido nuestro cura, hemos experimentado cómo tu vocación de servicio era cierta, era profunda, salía del alma. Te hemos visto soportar a duras penas un breve sollozo cuando una persona querida nos dejaba. Hemos aprendido a interpretar esa tu media sonrisa permanente ante una buena noticia, la recuperación de una enfermedad… Te hemos entendido, Germán, sabemos mucho de ti. Hemos sabido que tu aparente lejanía era corazón para todos, afecto para todos, cercanía para todos…
Creo que ahora te ha tocado descansar un poco. Te alejas un poco, nos dejas un poco, pero te seguimos con los ojos porque sigues siendo uno de nosotros.
Te vamos a echar de menos. Y al sentir este poco de lejanía, nace en todos nosotros un emocionado sentimiento de gratitud. Tu nos lo has dado todo y nosotros lo hemos entendido. Nosotros hemos entendido tu profunda vocación de servicio a todos por tu fidelidad a la llamada de Jesús y la tarea evangelizadora de la Iglesia que ha guiado tu vida.
Gracias, gracias, gracias, D. Germán

En La Magdalena a 17 de octubre de 2009
(18 de Abril de 2012)