“Yo he comido 18 toneladas de tocino”
Un día de invierno, por la noche, estaban varias personas en el bar, hablando y contando sus anécdotas cada uno; era una forma de pasar la velada en aquellos inviernos tan crudos que había en nuestro pueblo.
Santiagón, que era como se le conocía y del cual yo guardo un grato recuerdo por su buen humor y simpatía, vivía en las eras de los go... y sus hijos eran Honorina y Luis, que vivía en Valencia, para que recordéis de quien hablo, y dijo de repente, como solía hacer él:
- “Yo he comido más de dieciocho toneladas de tocino en mi vida”.
Todo el mundo se quedó extrañado y le pareció una verdadera exageración aquella afirmación, pero su explicación convenció a todos y vieron que era una realidad, y fue esta:
- He estado trabajando más de treinta y cuatro años en la mina, para el bocadillo llevaba a diario un trozo de tocino, que por poco que pesase eran de cincuenta a doscientos gramos y en casa la comida era todo el año a base de legumbres y patatas con productos del cerdo: tocino, chorizo, costilla, morcilla, etc. Echen la cuenta del tocino que he comido en mi vida, yo tengo más de sesenta y cinco años...
Así fue, que haciendo números la gente, afirmó que no había comido dieciocho toneladas de tocino, sino más de veinticuatro. Pregunten a sus mayores lo que se comía en aquella época en las zonas rurales y verán que es totalmente cierta esta anécdota.
Un saludo:
Jamín
Un día de invierno, por la noche, estaban varias personas en el bar, hablando y contando sus anécdotas cada uno; era una forma de pasar la velada en aquellos inviernos tan crudos que había en nuestro pueblo.
Santiagón, que era como se le conocía y del cual yo guardo un grato recuerdo por su buen humor y simpatía, vivía en las eras de los go... y sus hijos eran Honorina y Luis, que vivía en Valencia, para que recordéis de quien hablo, y dijo de repente, como solía hacer él:
- “Yo he comido más de dieciocho toneladas de tocino en mi vida”.
Todo el mundo se quedó extrañado y le pareció una verdadera exageración aquella afirmación, pero su explicación convenció a todos y vieron que era una realidad, y fue esta:
- He estado trabajando más de treinta y cuatro años en la mina, para el bocadillo llevaba a diario un trozo de tocino, que por poco que pesase eran de cincuenta a doscientos gramos y en casa la comida era todo el año a base de legumbres y patatas con productos del cerdo: tocino, chorizo, costilla, morcilla, etc. Echen la cuenta del tocino que he comido en mi vida, yo tengo más de sesenta y cinco años...
Así fue, que haciendo números la gente, afirmó que no había comido dieciocho toneladas de tocino, sino más de veinticuatro. Pregunten a sus mayores lo que se comía en aquella época en las zonas rurales y verán que es totalmente cierta esta anécdota.
Un saludo:
Jamín