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OTERO DE LAS DUEÑAS: Juan, felicidades, con unas horas de retraso por tu...

Amanece el día 21 de mayo fresco y seco, un grupo de amigos madruga para afrontar un reto personal y de paso recordar la Historia viva de este pueblo. Son las ocho de la mañana y sin bajas nos ponemos en marcha, de momento en autobús, que nos traslada al comienzo. Este año no hay salida en estampida, primero cargamos bebida en el caño de Los Barrios de Gordón y estiramos las piernas, calentamos y nos ponemos en situación, ¡Ya conocemos la subida!. Poco a poco comienza la marcha sin que nadie nos de la salida, cada uno a su paso, pero sin perdernos de vista, todos pendientes de todos, sobre todo de las peques Elena y Marta, ya que la mas pequña partía con lesiones del día anterior por saltar a la comba. El frío ya no se nota y entre fotos y charlas avanzamos hacia nuestro primer objetivo, coronar la cuesta. Nos reagrupamos en el alto y reponemos fuerzas, se desarrolla un pequeño debate: ¿hacemos la ruta del año pasado, que es mas larga, oseguimos por donde las tropas?, finalmente, despues de unos lingotazos a la bota de vino, optamos por el trazado corto seguido por el ejército y nos distribuimos en grupos para fijar por donde se realiza el mejor descenso hacia el río Torre.
En el camino nos sale la vena ecológica y vamos recogiendo restos de basura que abandonados a su suerte por el campo envenenan el paisaje bello que contemplamos, pero con los restos del quad no podemos.
En la parte final la vegetación hace casi imposible avanzar y nos desperdigamos en medio del espesor de los robles. Francisco, Fernando y yo, obtamos por hacer el jabalí y rapidamente llegamos al lecho del río. El resto, mas tranquilos siguen un camino que también les lleva al rio.
Nuevo reagrupamiento y ya sentimos que Santiago de las Villas está cerca, pero en el descenso aun da tiempo a recolectar champiñones y oir el silencio del agua que calma la sed de nuestras almas.
Por fin llegamos a Santiago, se nos une el grupo que han salido a nuestro encuentro y reponemos bebida en el caño, saludamos a los vecinos de Santiago y Carrocera a nuestro paso firme hacia nuestro destino, quizá el año que viene debamos invitarles a nuestro periplo. Enfilamos la carretera, todos juntos como salimos, y Otero esta a la vista, se acerca el momento de reponer fuerzas y ¡de que manera!, pero eso ya será otra historia. Me gustó mucho que se sume gente, debemos ir pensando en qué haremos el año que viene ya que cuple 200 años la batalla. Se admiten sugerencias................... ...........

Juan, felicidades, con unas horas de retraso por tu primer nombre y 12 días de retraso por el segundo.

Bonita crónica, sí señor. ¡Que caro te prodigas! Calmada la sed de vuestras almas, falta detallar como apaciguásteis el apetito de vuestros estómagos.

Muy bien por la niñas un año más.

Con relación al bicentenario, hace unos meses aporté la idea de celebrar una marcha contando con todos los pueblos de alededor donde, en su momento, también hubo fuerzas acampadas.

Buen mandato de Alcalde Pedáneo.

Un abrazo.

Toño