OTERO DE LAS DUEÑAS: ¡Y TAN POBRE, PERO QUE RICO!...

¡Pobre cerdo! Nunca pude yo mover la sangre en el caldero me daba mucha pena del animalico. Comer las morcillas y demás,... eso si, pero mientras gruñia me entraban ganas de llorar, lo que es la vida, que recuerdos. Gracias por esas fotos son el pasado en presente. Pilar

¡Y TAN POBRE, PERO QUE RICO!
Desde luego que ese ya no hace más cochinadas.
Apuntarse a comer, nos ha fastidiao, yo también y además desde el minuto "cero" en que le dan la vuelta en el banco. Alguien nos podría contar como dieron cuenta de las pezuñas, rabo y orejas, ahí sobre la marcha.
En cuento a la fecha elegida para la matanza, creo que acertaron de lleno con el tiempo. Ahora sí se curará bien todo lo que se tiene que curar. Buen provecho a todos los que les haya tocado algo.
El frío es salud. En caso de duda, pensar en la matanza.
Toño