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OTERO DE LAS DUEÑAS: Diez propuestas para atraer capital y promover el crecimiento...

Diez propuestas para atraer capital y promover el crecimiento en España
Daniel Lacalle - 23/02/2013

Esta semana se ha discutido mucho en el debate del Estado de la Nación, pero casi todas las propuestas que he escuchado iban en la misma dirección. Más intervención. Sin embargo, necesitamos inversión y capital. Por ello, quisiera compartir con ustedes un informe que hice llegar al partido del Gobierno tras conversaciones con algunos de sus dirigentes, con mis propuestas para desbloquear y atraer capital. Ideas que en algunos casos llevo comentando desde hace meses y que funcionan en países de nuestro entorno.

El problema de paro y deuda de España no se puede enfocar desde un punto de vista bancario ni de gasto público. Un déficit del 7% -que alcanza el 10,2% si se incluye la ayuda a la banca- no es un derecho. Es deuda que ahoga al sistema y retrasa la recuperación. Por ello, la solución no se va a dar con más crédito. Tampoco será aumentando impuestos cuando el esfuerzo fiscal es de los mayores de la OCDE. Se arregla atrayendo inversores y facilitando la conversión de deuda en capital.

Aparte de aplicar el lápiz rojo, que cada vez es más urgente, debemos estimular la demanda interna desde la fiscalidad, no desde el gasto, y cercenar la burocracia desde los principios de buen gobierno. Son soluciones para un estado que pierda el miedo al extranjero y que reconozca la oportunidad de generar más ingresos fiscales futuros con mayor actividad económica evitando políticas confiscatorias y de recaudación inmediata, que son pan para hoy y hambre para mañana. El día que entendamos que no importa tanto la propiedad como la gestión, el valor creado, el empleo y la calidad del mismo, empezará la recuperación.

El documento completo se puede encontrar aquí.

1) Bajar Impuestos: El aspecto más importante. Un tipo fijo por el que todas las compañías comerciales paguen una tasa del 12,5% real, simple, igual para todos. El principal problema de nuestro sistema impositivo -además de ser muy oneroso- es su altísima complejidad. Un tipo real del 12.5% reduciría la administración del impuesto, sus costes asociados y no requeriría de una legión de fiscalistas en busca de deducciones. Un régimen de autónomos donde se pague una cuota de 25 euros –todos, no solamente los jóvenes- y se deduzcan impuestos si se crea empleo estable. Un entorno impositivo atractivo y bajo, tanto a nivel corporativo como personal, predecible a largo plazo, es esencial para ayudar al país a recuperarse.

2) Atraer contratación: La devaluación interna solo reduce costes y frena la destrucción de empleo, pero no lo crea. El empleo que se debe crear en España debe ser adecuado a la formación de su población, que es muy alta, y debe estar menos expuesto al ciclo inversor del Estado, que ha alcanzado un máximo imposible de recuperar. En España, el 70% del valor añadido y el empleo lo crean las pequeñas y medianas empresas, pero la transición a gran empresa es una de las más bajas de Europa. España es el país de la UE donde es más caro establecerse después de Francia y esto, añadido a la burocracia, hace que sea aún muy laborioso crear puestos de trabajo (en Reino Unido se tarda un día en crear una empresa). En vez de penalizar con más regulación y coste, facilitar la transición eliminando trabas, no “suavizándolas”.

3) Más facilitadores – Menos obstructores: El informe “Doing Business” del Banco Mundial sitúa a España en puestos muy inferiores a países de su entorno en cuanto a facilidad para crear una empresa. Según Morgan Stanley (“adopting Anglosaxon flexibility could boost GDP by 15% in the long run”), España se beneficiaria de un entorno menos asfixiante y restrictivo, con una regulación eficaz, no confiscatoria. Utilizar nuestro capital humano, que hoy está desaprovechado en funciones burocráticas, para facilitar y asesorar a las empresas a crear valor, con un sistema de remuneración basado en beneficios generados, no en papeles acumulados.

Invertir en España se percibe como un ejercicio tedioso y complejo que necesita de favores de los políticos locales. Debemos convertir estas estructuras en “facilitadoras” en vez de “obstructoras”. Disminuir drásticamente las barreras de entrada eliminando limitaciones proteccionistas.

4) Menos gasto público y más apoyo sin coste: El Estado no ha conseguido reducir su deuda y la presión fiscal hunde las posibilidades de consumo. La demanda interna debe estimularse de nuevo, porque el aumento de exportaciones no es suficiente. La devaluación interna y el hundimiento de las importaciones no pagan la deuda, es encoger para encoger (shrink to shrink). Pero el estímulo de la demanda interna no debe ser a través del gasto público, que ha demostrado ser ineficiente y caro –planes E, economía “verde”, AVEs etc-. El apoyo debe venir a través de deducciones fiscales agresivas a la inversión privada productiva. Un horizonte legal claro, con máximo respeto de la propiedad privada y una fiscalidad baja, simple y clara para todos, no sólo para los nuevos. Estimularía claramente la inversión y la transición de la actividad hacia actividades productivas. Para atraer inversión en tecnología y alta productividad es necesario una reforma en credibilidad y transparencia, añadido a un esfuerzo de recorte del gasto real y sostenible, puesto que así se eliminará el miedo de los inversores a que se confisquen sus beneficios futuros con nuevos impuestos.