Otero de las Dueñas y su templo parroquial, por D. Antonio Viñayo
El vecindario fue creciendo y también el caserío cuyos tejados, hasta finales del siglo XIX, eran de paja. Tenía sus costumbres y ordenanzas que prescribían que todos los días y noches del año hubiera agua corriente en los “argabiezos”, por si ocurría algún incendio…
La palabra “Argabiezo” es un leonesismo o localismo de la palabra “arcabuezo”, cuyo significado es: hoyo profundo en la tierra. Según la RAE (Real Academia Española de la Lengua), esta palabra está considera hoy como anticuada, y en la actualidad tendría su sinónimo más directo con la palabra “carcavuezo”, cuyo significado es el mismo que el de las anteriores.
Antiguamente, la paja más larga de las mieses, generalmente de trigo o centeno se majaba, usando para ello los “manales”, y una vez desgranada, cuyo nombre era el de “bálago”, se usaba principalmente para la confección de tejados o para chamuscar a los cerdos en época de matanzas.
Era un arte el colocar bien el bálago, sus trenzados y sujeciones, para que el agua, la nieve o el hielo no penetrara hacia el interior de las casas o pajares, sino que resbalara hacia el exterior. Había verdaderos ingenieros en esta materia y hoy todavía pueden verse en Los Ancares leoneses y lucenses muchas casas, cuadras y pajares con estas techumbres de paja.
Este material, usado como cubierta de los edificios era de un alto riesgo de incendios, por lo que las ordenanzas del pueblo de Otero exigían que los argabiezos (fosos, puertos y presas de riego) tuvieran agua continuamente, tanto de día como de noche, por si se declaraba algún incendio.
D. Rogelio y D. Antonio, espero que se hayan despejado algunas dudas sobre los “argabiezos”, aunque parece que estamos rememorando el vocabulario y diccionario de nuestros antepasados, que tampoco viene nada mal.
Un saludo:
Jamín
El vecindario fue creciendo y también el caserío cuyos tejados, hasta finales del siglo XIX, eran de paja. Tenía sus costumbres y ordenanzas que prescribían que todos los días y noches del año hubiera agua corriente en los “argabiezos”, por si ocurría algún incendio…
La palabra “Argabiezo” es un leonesismo o localismo de la palabra “arcabuezo”, cuyo significado es: hoyo profundo en la tierra. Según la RAE (Real Academia Española de la Lengua), esta palabra está considera hoy como anticuada, y en la actualidad tendría su sinónimo más directo con la palabra “carcavuezo”, cuyo significado es el mismo que el de las anteriores.
Antiguamente, la paja más larga de las mieses, generalmente de trigo o centeno se majaba, usando para ello los “manales”, y una vez desgranada, cuyo nombre era el de “bálago”, se usaba principalmente para la confección de tejados o para chamuscar a los cerdos en época de matanzas.
Era un arte el colocar bien el bálago, sus trenzados y sujeciones, para que el agua, la nieve o el hielo no penetrara hacia el interior de las casas o pajares, sino que resbalara hacia el exterior. Había verdaderos ingenieros en esta materia y hoy todavía pueden verse en Los Ancares leoneses y lucenses muchas casas, cuadras y pajares con estas techumbres de paja.
Este material, usado como cubierta de los edificios era de un alto riesgo de incendios, por lo que las ordenanzas del pueblo de Otero exigían que los argabiezos (fosos, puertos y presas de riego) tuvieran agua continuamente, tanto de día como de noche, por si se declaraba algún incendio.
D. Rogelio y D. Antonio, espero que se hayan despejado algunas dudas sobre los “argabiezos”, aunque parece que estamos rememorando el vocabulario y diccionario de nuestros antepasados, que tampoco viene nada mal.
Un saludo:
Jamín