En estos remansos se concentraban los barbos y las boas. Los primeros nos picaban bien al anzuelo con lombriz.
Grandes momentos de divertimento me traen a mí la contemplación de estos
pozos fluviales. Pozos que cambiaban a lo largo del año, sobre todo, debido a las crecidas invernales.
También recuerdo lo ricos-ricos que estaban estos pequeños pescados, fritos y con abundante sal.