En el
río Torio existían LOS
PUERTOS, donde de jóvenes nos bañábamos por tener más profundidad.
Los puertos eran retenciones del
agua, con
piedras y demás, para desviarla y poder regar en los
campos.
Nuestro
puerto preferido, de chavales, era el de PALAZUELO, por ser el más cercano.
El de
PALACIO Y ABADENGO se encuentran a la altura de RUIFORCO Y GARRAFE, demasiado lejos para nosotros.