No sé si es el
pueblo más bonito, pero es el mío y lo añoro. Cuarenta años hizo ya que salí de allí y volveré. ¡Cómo me gusta ver esa
fuente! ¡Cuántas veces he bebido por un puerro a modo de pajita en ella! ¡Cuántas veces me he mojado lavando la lechuga recién cogida en el
huerto sagrao! ¡Te quiero Pobladura!