POLVOREDO: SI uno nace en Polvoredo –podría decir Burón o Retuerto,...

SI uno nace en Polvoredo –podría decir Burón o Retuerto, etc.- sale a la luz con una fuerte tendencia inscrita en sus cromosomas. Con mayor o menor tendencia somos todos senderistas en potencia y andarines empedernidos. Por lo menos los que hemos superado los cincuenta, porque de ahí para atrás puede que esa marca genética se haya ido perdiendo con los cruces y otras pautas culturales.

Con piernas fuertes y musculosas o delgadas como alambres pero de acero, de mañana saltas –yo, tú, él- de la cama, metes un poco de fruta y cuatro frutos secos en la mochila y caminas monte arriba. He ido en grupo, pero me gusta caminar solo para oír el silencio y aguzar el oído y la vista en busca de cualquier cosa que se mueva. A poco que camines, subes a lo alto de Peña Negra y descubres que allá arriba, donde llegas totalmente empapado, hay una camperina que te permite desnudarte y tumbarte al sol mientras la ropa se seca. Un placer de dioses. Si eres un poco más arriesgado, después de cruzar toda la cerra de Becenes, de arriba abajo, puedes desembocar en la Matona y observar con estupor que caminas en el aire, por encima de las escobas metros y metros, sin lograr pisar el suelo. Si te hundes estás perdido. (Primera parte)

Toño.