Por regla general estamos orgullosos de nuestras casas de piedra tosca y sin labrar a excepción de las esquinas, ventanas y puertas. Durante algún tiempo llegó la moda de cubrir la piedra con cemento o argamasa perfectamente adaptada al entorno, del mismo modo que se cubría la madera de roble y haya de los muebles con capas de pintura azul o blanca; pero de unos años a esta parte, la gente tiende a dar realce a la piedra vista, lo que llaman “sacar” la piedra, y a recuperar el esplendor de la madera cruda. Probablemente es otra moda, pasajera como todas las modas. De piedra o de argamasa en la fachada (las nuevas no tienen otro remedio porque ya nadie trabaja la piedra ni hay canteros, y los métodos de construcción son otros), nuestras casas, bien agrupadas, forman un pueblo con personalidad que deberíamos cuidar. Calles y plazas con encanto limpias; casas con encanto bien cuidadas. Carrales con encanto que lucen los rojos, azules, blancos y malvas de las flores. (Primera parte)
Toño.
Toño.