POLVOREDO: Hay una fuente oculta, abundante y clara que no ve...

Hay una fuente oculta, abundante y clara que no ve nunca los rayos del sol. Es la más trabajadora y laboriosa que conozco en Polvoredo. A lo largo de miles, acaso millones de años ha ido excavando en la roca viva el lecho por el que ahora discurre. Nace ya como un riachuelo a una altura imposible y después camina lentamente, perezosamente hacia abajo hasta sumirse en un pozo sin fondo en el que, si tiras piedras, suenan como si las tiraras en los pozos de La Uña cuando todavía funcionaba el molino y eran mucho más hondos que ahora. En sus doscientos, trescientos metros de recorrido antes de volver a las entrañas de la tierra se va mirando en las estalagmitas y estalactitas que ha ido formando con mimo (las mantiene vivas con su humedad) mientras avanzaba y avanzaba, milímetro a milímetro, hasta que encontró una falla en el terreno y se precipitó por ella. Es posible que vuelva a aparecer en el río Lapuerta, bien a la izquierda del puente, incrementando el caudal del río de Muñones, bien a la derecha, donde nace el rió Grande. Quien haya entrado en la cueva del Lechugoso, una caverna parecida a las que en otras latitudes usaron los hombres prehistóricos, los neandertales y el homo antecesor de Atapuerca saben de qué estoy hablando. Los que no lo han hecho que lo hagan. Es una experiencia interesante.

Toño.