Hace un pequeño período de tiempo tuve la ocasión de hablar con un vecino del pueblo. Comentando cosas de un lado y otro me dijo irónico que la parte voceante,ésto es mío, le había comentado de forma inquisitorial que él era el cáncer del pueblo. ¡Fantástico el paisano!
A éstas alturas todos sabemos quién y quienes son el cáncer de Polvoredo. Son todos éstos que acogotan, que se apropian de lo que no es suyo, que se creen dueños y señores y con derecho a avasallar sin tener réplica. Es gente que hoy está contigo y mañana dice no haberte visto; es gente que saca huesos de sus antepasados del cementerio y los tira cuál basura o inmundicia cómo si de escombro o basura se tratase y luego lo niega. Es gente que sólo se preocupa del arreglo de la iglesia o el cementerio (sacando los huesos de sus ancestros porque igual deslucen) y luego lo restriegan. Es gente que cierra calles, las cede a vecinos o los deja sin iluminación en la misma. Es gente que no reconoce a nadie que no vaya con ellos. Ellos saben, los demás no tienen ni idea. Es gente que ni siquiera se para a mirar que cada vez están más aislados. Piensan que con un café o una copa de orujo o wisky se puede comprar el silencio, la amistad o atraer a la gente. No hay más ciego que quién no quiere ver.
A éstas alturas todos sabemos quién y quienes son el cáncer de Polvoredo. Son todos éstos que acogotan, que se apropian de lo que no es suyo, que se creen dueños y señores y con derecho a avasallar sin tener réplica. Es gente que hoy está contigo y mañana dice no haberte visto; es gente que saca huesos de sus antepasados del cementerio y los tira cuál basura o inmundicia cómo si de escombro o basura se tratase y luego lo niega. Es gente que sólo se preocupa del arreglo de la iglesia o el cementerio (sacando los huesos de sus ancestros porque igual deslucen) y luego lo restriegan. Es gente que cierra calles, las cede a vecinos o los deja sin iluminación en la misma. Es gente que no reconoce a nadie que no vaya con ellos. Ellos saben, los demás no tienen ni idea. Es gente que ni siquiera se para a mirar que cada vez están más aislados. Piensan que con un café o una copa de orujo o wisky se puede comprar el silencio, la amistad o atraer a la gente. No hay más ciego que quién no quiere ver.