León, levántate y anda.
Hacía ya más de diez años que no recorría en coche las carreteras del note de la comunidad. Fue hace unos pocos días cuando volví por esos lares con motivo de un viaje de León a Bilbao. Pasando Pancorbo, quise rrecordar viejos tiempos y tomé la dirección por la carretera del pukerto de Orduña. El regreso lo hice por Valmaseda, en vascuence Balmaseda., Reinosa y Osorno. La sorpresa fue mayúscula; los tramos de la provincia de Burgos estaban igual que hace veinte años, muchas curvas peligrosas, atravesando todos los pueblos, como si el tiempo se hubiera parado.
El tramo Orduña - Bilbao era completamente nuevo; sin curvas sin atravesar ninguna población. El regreso aún fue más sorprendente: La carretera hasta el límite de Burgos era una auténtica vía rápida, como una autovía de un solo carril en cada sentido, con dos en las subidas, sin curvasm sin pueblos, sin cruces al mismo nivel. El tramo global de la prvincia burgalesa estaba igual que en los año ochenta. Lo más sorprendente fue la entrada en la provincia de Cantabria, cerca del pantano del Ebro. La carretera, al igual que en País Vasco, era completamente nueva cno la particularidad de que habían construído una circunvalación a Reinosa, población siempre complicada de atravesar.
Cualquiera que viaje por las carreteras de cualquier autonomía puede comprobar las enormes mejoras que se han efectuado. La única excepción es Castilla y León, aquí todo sigue igual que hace veinte años. Cuando se hizo el Estado de las autonomías, se pensó en una auténtica descentralización y en un aumento de la democracia. El éxito se ha conseguido en toda España menos en Castilla y León. Antes teníamos cincuenta provincias trabajando para una: Madrid. Al ser muchas la carga era leve. Ahora en esta autonomía hemos pasado a sólo nueve trabajando para Valladolid. Y como, además la mayoría son de las más pobres, la carga se hace insoportable. La consecuencia es lógica: esto no se mueve.
Las estadísticas oficiales son muy claras: Las provincias de Castilla y León están casi todas a la cola en renta per cápita con la excepción de Valladolid, que es la única que crece. Esto tiene una explicación natural y facil de entender. La mal llamada Autonomía de Castilla y León, debería llamarse Autonomía de Valladalid y Colonias, no es otra cosa que una autonomía centralista, que controla absolutamente todas las actividades de una manera caciquil y despótica. Funciona como un filtro automático para quedarse con los que quiere y cede unicamente al resto de las provincias lo que no le interesa. Los resultados y las estadísticas oficiales de los últimos viente años son la mejor prueba de la cruda realidad que ya nadie discute.
Dentro de la actual comunidad, el mayor problema que tiene el Viejo Reino Leonés es la carencia de trabajo. La falta de una planificación de desarrollo industrial básico hace que la gente joven, en especial la universitaria, la mejor formada, tenga que buscar fuera de la región lo que aquí no encuentra, trabajo. Esto conlleva otro grave problema: el envejecimiento de la población y la escasez de nacimientos. El año 1900 Zamora tenía 275.000 habitantes; hoy no llega a los 200.000. La provincia de León tenia en 1960 más de 580.000 habitantes, hoy no llega a 500.000. Ambas provincias, así como Salamanca siguen perdiendo problación año tras año. En el segundo semestre de este año las personas trabajadoras en la provincia de León eran de 164.200 personas. Para equilibrar las cuentas de la Seguridad Social, se necesitarían 90.000 puestos de trabajo más y para tener el mismo promedio de España se necesitarían 164.200 más de los que tiene, es decir el doble ya que León tiene un trabajador por un pensionista y España tiene dos trabajadores por pensionista. Se da la triste circustancia de que en los últimos viente años es cuando España ha tenido el mayor desarrollo de su historia. Solamente en los seis últimos años las altas de la Seguridad Social han aumentado de doce a dieciseis millones.
Sin querer pecar de pesimista, nunca lo he sido, no veo soluciones en un futuro próximo, ni lejano, al menos mientras estemos en la actual autonomía. Los actuales políticos dirigentes que tenemos nos intentarán convencer de la bondad de la construcción de las nuevas autovías. Tengo la seguridad de que si en el año 1983 León hubiera tenido autonomía estas atutovías ya estarían terminadas hace años, como en Galicia o Extremadura. La pertenencia a la Comunidad de Castilla y León, en lugar de ventajas es la causa del retraso que llevamos en la construcción de infrastructuras. Valladolid nunca va a prestarnos su ayuda en nadam más bien al contrario, será el mayor obstáculo a nuestro desarrollo. La explicación es de sentido común: ellos necesitan lo que nosotros tenemos y como tienen el poder de decisión, siempre se quedarán con lo que deseen, que es casi todo.
Los veiente años de autonomía son tiempo más que suficiente para que los leoneses nos demos cuenta qeu estamos metidos en una encerrona y que no tendremos solución a nuestro retraso econímico hasta que tengamos poder de decisión propio. Yo diría a nuestros dirigentes socialistas y populares: no sé si estáis haciendo lo que sentís, eso es cosa que sólo vosotros sabeis; lo que si sé es que no estais haciendo lo que debéis, porque el pueblo, que os ha elegido democráticamente, lo ha hecho para que defendáis sus intereses, no para que defendáis los intereses ajenos.
Cristo resucitó a Lázaro con aquellas palabras: levántate y anda. Creo que el viejo Reino está dormido por lo que diría, imitando a Jesús: León, levántate y anda. Te espera una segunda reconquista: recuperar la memeoria histórica, tu propia identidad, tu autoestima y el tiempo es breve.
Hacía ya más de diez años que no recorría en coche las carreteras del note de la comunidad. Fue hace unos pocos días cuando volví por esos lares con motivo de un viaje de León a Bilbao. Pasando Pancorbo, quise rrecordar viejos tiempos y tomé la dirección por la carretera del pukerto de Orduña. El regreso lo hice por Valmaseda, en vascuence Balmaseda., Reinosa y Osorno. La sorpresa fue mayúscula; los tramos de la provincia de Burgos estaban igual que hace veinte años, muchas curvas peligrosas, atravesando todos los pueblos, como si el tiempo se hubiera parado.
El tramo Orduña - Bilbao era completamente nuevo; sin curvas sin atravesar ninguna población. El regreso aún fue más sorprendente: La carretera hasta el límite de Burgos era una auténtica vía rápida, como una autovía de un solo carril en cada sentido, con dos en las subidas, sin curvasm sin pueblos, sin cruces al mismo nivel. El tramo global de la prvincia burgalesa estaba igual que en los año ochenta. Lo más sorprendente fue la entrada en la provincia de Cantabria, cerca del pantano del Ebro. La carretera, al igual que en País Vasco, era completamente nueva cno la particularidad de que habían construído una circunvalación a Reinosa, población siempre complicada de atravesar.
Cualquiera que viaje por las carreteras de cualquier autonomía puede comprobar las enormes mejoras que se han efectuado. La única excepción es Castilla y León, aquí todo sigue igual que hace veinte años. Cuando se hizo el Estado de las autonomías, se pensó en una auténtica descentralización y en un aumento de la democracia. El éxito se ha conseguido en toda España menos en Castilla y León. Antes teníamos cincuenta provincias trabajando para una: Madrid. Al ser muchas la carga era leve. Ahora en esta autonomía hemos pasado a sólo nueve trabajando para Valladolid. Y como, además la mayoría son de las más pobres, la carga se hace insoportable. La consecuencia es lógica: esto no se mueve.
Las estadísticas oficiales son muy claras: Las provincias de Castilla y León están casi todas a la cola en renta per cápita con la excepción de Valladolid, que es la única que crece. Esto tiene una explicación natural y facil de entender. La mal llamada Autonomía de Castilla y León, debería llamarse Autonomía de Valladalid y Colonias, no es otra cosa que una autonomía centralista, que controla absolutamente todas las actividades de una manera caciquil y despótica. Funciona como un filtro automático para quedarse con los que quiere y cede unicamente al resto de las provincias lo que no le interesa. Los resultados y las estadísticas oficiales de los últimos viente años son la mejor prueba de la cruda realidad que ya nadie discute.
Dentro de la actual comunidad, el mayor problema que tiene el Viejo Reino Leonés es la carencia de trabajo. La falta de una planificación de desarrollo industrial básico hace que la gente joven, en especial la universitaria, la mejor formada, tenga que buscar fuera de la región lo que aquí no encuentra, trabajo. Esto conlleva otro grave problema: el envejecimiento de la población y la escasez de nacimientos. El año 1900 Zamora tenía 275.000 habitantes; hoy no llega a los 200.000. La provincia de León tenia en 1960 más de 580.000 habitantes, hoy no llega a 500.000. Ambas provincias, así como Salamanca siguen perdiendo problación año tras año. En el segundo semestre de este año las personas trabajadoras en la provincia de León eran de 164.200 personas. Para equilibrar las cuentas de la Seguridad Social, se necesitarían 90.000 puestos de trabajo más y para tener el mismo promedio de España se necesitarían 164.200 más de los que tiene, es decir el doble ya que León tiene un trabajador por un pensionista y España tiene dos trabajadores por pensionista. Se da la triste circustancia de que en los últimos viente años es cuando España ha tenido el mayor desarrollo de su historia. Solamente en los seis últimos años las altas de la Seguridad Social han aumentado de doce a dieciseis millones.
Sin querer pecar de pesimista, nunca lo he sido, no veo soluciones en un futuro próximo, ni lejano, al menos mientras estemos en la actual autonomía. Los actuales políticos dirigentes que tenemos nos intentarán convencer de la bondad de la construcción de las nuevas autovías. Tengo la seguridad de que si en el año 1983 León hubiera tenido autonomía estas atutovías ya estarían terminadas hace años, como en Galicia o Extremadura. La pertenencia a la Comunidad de Castilla y León, en lugar de ventajas es la causa del retraso que llevamos en la construcción de infrastructuras. Valladolid nunca va a prestarnos su ayuda en nadam más bien al contrario, será el mayor obstáculo a nuestro desarrollo. La explicación es de sentido común: ellos necesitan lo que nosotros tenemos y como tienen el poder de decisión, siempre se quedarán con lo que deseen, que es casi todo.
Los veiente años de autonomía son tiempo más que suficiente para que los leoneses nos demos cuenta qeu estamos metidos en una encerrona y que no tendremos solución a nuestro retraso econímico hasta que tengamos poder de decisión propio. Yo diría a nuestros dirigentes socialistas y populares: no sé si estáis haciendo lo que sentís, eso es cosa que sólo vosotros sabeis; lo que si sé es que no estais haciendo lo que debéis, porque el pueblo, que os ha elegido democráticamente, lo ha hecho para que defendáis sus intereses, no para que defendáis los intereses ajenos.
Cristo resucitó a Lázaro con aquellas palabras: levántate y anda. Creo que el viejo Reino está dormido por lo que diría, imitando a Jesús: León, levántate y anda. Te espera una segunda reconquista: recuperar la memeoria histórica, tu propia identidad, tu autoestima y el tiempo es breve.