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Hola VIRGINIA y JOSE:
He disfrutado y me emosioné, leyendo la conversación mantenida por ustedes. En alguno de vuestros comentariós apareció el nombre de mi abuelo INDALECIO RODRIGUEZ (una de las personas mas maravillosas que conocí en mi vida), puede ser el aire de Pombriego porque JULIO (papá de Virginia) no le iba a la zaga, hombre alegre, afectuoso y querible, si los hay, tuve la suerte de conocerlo hace 60 años. Aparecen otros nombres Virginia, hermana de Julio, primos de mi mamá, Olegario, y un tal Abel, que si es el que yo digo, vivía a 5 cuadras de casa y supieron cultivar la amistad hasta los últimos días.
Mi abuelo se casó con DIVINA OVIEDO OVIEDO (año 1922) y ese mismo año se vinieron a la Argentina, tuvieron dos hijos HECTOR e IRMA (mi mamá), el abuelo falleció hace mas de 45 años y la abuela supo resistir hasta los 97 años y muy bien llevados.
Juan o agún otro que me pueda orientar si conocen la casa donde nació mi abuelo se lo agradecería, se que por Virginia que algún pariente todavía nos queda.
Si Dios lo permite estaría en Pombriego en los primeros días de Mayo/2013, y poder conocerlo y estrechar su mano sería una alegría para mí
Agradecería hacerme saber a traves de éste medio si ha leido estas lineas.
Un cariño grande y BUENAS FIESTAS PARA TODOS.
Aldo
He disfrutado y me emosioné, leyendo la conversación mantenida por ustedes. En alguno de vuestros comentariós apareció el nombre de mi abuelo INDALECIO RODRIGUEZ (una de las personas mas maravillosas que conocí en mi vida), puede ser el aire de Pombriego porque JULIO (papá de Virginia) no le iba a la zaga, hombre alegre, afectuoso y querible, si los hay, tuve la suerte de conocerlo hace 60 años. Aparecen otros nombres Virginia, hermana de Julio, primos de mi mamá, Olegario, y un tal Abel, que si es el que yo digo, vivía a 5 cuadras de casa y supieron cultivar la amistad hasta los últimos días.
Mi abuelo se casó con DIVINA OVIEDO OVIEDO (año 1922) y ese mismo año se vinieron a la Argentina, tuvieron dos hijos HECTOR e IRMA (mi mamá), el abuelo falleció hace mas de 45 años y la abuela supo resistir hasta los 97 años y muy bien llevados.
Juan o agún otro que me pueda orientar si conocen la casa donde nació mi abuelo se lo agradecería, se que por Virginia que algún pariente todavía nos queda.
Si Dios lo permite estaría en Pombriego en los primeros días de Mayo/2013, y poder conocerlo y estrechar su mano sería una alegría para mí
Agradecería hacerme saber a traves de éste medio si ha leido estas lineas.
Un cariño grande y BUENAS FIESTAS PARA TODOS.
Aldo
Hermana también de Juan e Indalecio era Contemplación que se casó con Santos el "Tamborilero" que, por cierto, también estuvo en Buenos Aires, pero regresó y anduvo de tamborileros por La Cabrera. Parece ser que era un hombre muy simpáico y querido en la comarca. Es famosa su copla que es la siguiente:
COPLA DE SANTOS
Por mi afición sin segundo
soy un gran tamboritero,
tocando gano el dinero
y alegre vivo en el mundo.
Cuando por gusto profundo
voy por mi patria tocando
todos se van asomando
y dicen con alegría:
aquel que vien ende arriba
pe que día Santos de Castro.
Castrohinojo así se llama
el pueblo donde nací
y por eso para mí
nunca faltó plato y cama
ni tampoco una madama
de las que gastan rodao
y soy tan afortunao
que me llaman el hermoso
y dicen que soy chistoso
porque las miro de llao.
Estas son las de la Baña
porque cuando voy allí
todos se fijan en mí
y yo les digo con maña:
mocitas de la montaña,
si me seguís bien el rastro,
yo seré el hombre más casto
y os amaré de contrito;
y ellas dicen: que bonito
día el gaiteiro de Castro.
Estos piropos me echaban
cuando fui mozo soltero
pero yo muy lisonjero
en Pombriego cortejaba
pero lo disimulaba
con mis novias cabreiresas
y ellas, dándome las quejas,
me decían por lo bajo:
tú como dieres tan majo
vas a dir pa la ribeira.
Y al fin tuvieron razón
que en Pombriego me casé
con la que yo cortejé
llamada Contemplación.
Pero tuve la ilusión
luego después de casarme
de marchar a Buenos Aires,
aquellos mundos extraños
donde estuve cuatro años
pasando calamidades.
Luego que fui me empleé
en una carpintería
que era lo que yo quería
porque soy aficionado.
Pero por ser descuidado
a los tres años quedé
sin empleo y me marché
donde los curas están,
me metí de sacristán,
¡qué buena vida pasé!
Pero como yo quería
tocar mi buen tamboril
determiné de venir
para mi patria querida.
La gente, que todavía,
recordaba mis jaranas
todos corrían con ganas
para ver cómo venía.
Los mozos, con alegría,
repicorun las campanas.
Los de mi pueblo tenían
deseos de que viniera,
pero en toda la Cabrera
casi no me conocían.
Y era porque yo traía
un bigote tan bonito
y al verme tan refinito
todos marchaban diciendo:
Santos el tamboritero
pe que día un señorito.
Todos a llamarme iban,
así que se divulgó
que hubiera venido yo
porque todos me querían.
Con vergüenza me decían
si les quería tocar
en las fiestas del lugar
y yo les dije que sí:
las fiestas son para mí,
con su manera de hablar.
Pero fue lo más amargo
cuando me puse a tocar
que no podía soplar
con mi bigote tan largo.
Luego me puse con garbo,
lo quité del lado izquierdo,
cogí la chifla corriendo
y por el pueblo fui a tocar.
Todos querían mirar
para mi bigote nuevo.
Y corrían detrás de mí
sólo por verme la boca
y yo toca que te toca,
mucho les hice reír
y les oía decir
una mujeres a otras:
este Santos pa la groma
pe quil diablo encadenao,
miralle bien pa la boca,
pe que sólo ri dun llao.
Desde el alto de Cabrera
yo sé todos los idiomas,
cruzando montes y lomas,
también bajo a la ribera
he llegado hasta Las Vegas
y ahí como hablan gallego
yo mucha risa me llevo
porque algunos señoritos
dicen: xa nos ven o pito
y o baile non llo entendemos.
Castroquilame que está
un poquito más arriba,
cuando voy allí me admira
ver aquella mocedad,
porque más de la mitad
son papudos y no miento
y los pobres muy contentos
me dicen porque no marche:
aiquí non has de extrañare
que temos muitos pimentos.
Luego me voy a Robledo
que hay mocitos muy exactos,
hablan lo mismo que en Castro,
dicen "calente y acedo".
pero todo andan con miedo
porque es un pueblo extraviado
y viven tan separados
que todos dicen "antoite
a min tentoume esta noite
o demo sea renegado".
Los que también me han llamado
han sido los de Sotillo
y dicen que soy un pillo
porque siempre le he faltado,
me traen tan amenazado
y me las tienen juradas
con intención de cobrarlas,
ya dicen con entusiasmo:
cuando veyamos a Santos
dámosle unas llanfazadas.
En Benuza, buen lugar
también tengo simpatías,
para la Santa Lucía
siempre les voy a tocar,
ahí no saben bailar
sobre todo las muchachas
porque no salen de casa
y luego me van diciendo:
por el día non podemor
porque vamor con ar vacas.
En Pombriego que allí está
la flor de la juventud
me piden por la salud
y me quieren de verdad
y dicen con gravedad
cuando me sienten a mí:
ya nos vien Santos ailí
pal día de San Clemente,
el veintitres de noviembre
que es una fiesta feliz.
Ia a fiesta dos tomates
como dicen en Pombriego,
luego marchan os rapaces
a collerlos nun maniego.
Yo mucha risa me llevo
porque son tan delicaos
y hablan tan mal chapurriao
que las mocitas solteras
dicen: a culpa foi nuesa
non lo haber apruveitao.
Más arriba de Pombriego
está Yebra con perdón
los pobres llaratos son
y todos dicen "riñegro".
Y de ahí me marcho luego,
paso por Santalavilla,
llego a Llamas que me admiran
y todos dicen con gusto:
ahí nos vien el nueso musco,
pe que ruxe con a chifra.
Luego paso por Odollo,
a Marrubio y a Castrillo,
y como soy guapecillo
dice la gente de gozo:
Santos día muy buen mozo,
que siempre ños vien tocando
y yo les voy saludando
y, a su manera, me dicen:
ñosotros ahora pol intre
pe qu'inda vamos andando.
COPLA DE SANTOS
Por mi afición sin segundo
soy un gran tamboritero,
tocando gano el dinero
y alegre vivo en el mundo.
Cuando por gusto profundo
voy por mi patria tocando
todos se van asomando
y dicen con alegría:
aquel que vien ende arriba
pe que día Santos de Castro.
Castrohinojo así se llama
el pueblo donde nací
y por eso para mí
nunca faltó plato y cama
ni tampoco una madama
de las que gastan rodao
y soy tan afortunao
que me llaman el hermoso
y dicen que soy chistoso
porque las miro de llao.
Estas son las de la Baña
porque cuando voy allí
todos se fijan en mí
y yo les digo con maña:
mocitas de la montaña,
si me seguís bien el rastro,
yo seré el hombre más casto
y os amaré de contrito;
y ellas dicen: que bonito
día el gaiteiro de Castro.
Estos piropos me echaban
cuando fui mozo soltero
pero yo muy lisonjero
en Pombriego cortejaba
pero lo disimulaba
con mis novias cabreiresas
y ellas, dándome las quejas,
me decían por lo bajo:
tú como dieres tan majo
vas a dir pa la ribeira.
Y al fin tuvieron razón
que en Pombriego me casé
con la que yo cortejé
llamada Contemplación.
Pero tuve la ilusión
luego después de casarme
de marchar a Buenos Aires,
aquellos mundos extraños
donde estuve cuatro años
pasando calamidades.
Luego que fui me empleé
en una carpintería
que era lo que yo quería
porque soy aficionado.
Pero por ser descuidado
a los tres años quedé
sin empleo y me marché
donde los curas están,
me metí de sacristán,
¡qué buena vida pasé!
Pero como yo quería
tocar mi buen tamboril
determiné de venir
para mi patria querida.
La gente, que todavía,
recordaba mis jaranas
todos corrían con ganas
para ver cómo venía.
Los mozos, con alegría,
repicorun las campanas.
Los de mi pueblo tenían
deseos de que viniera,
pero en toda la Cabrera
casi no me conocían.
Y era porque yo traía
un bigote tan bonito
y al verme tan refinito
todos marchaban diciendo:
Santos el tamboritero
pe que día un señorito.
Todos a llamarme iban,
así que se divulgó
que hubiera venido yo
porque todos me querían.
Con vergüenza me decían
si les quería tocar
en las fiestas del lugar
y yo les dije que sí:
las fiestas son para mí,
con su manera de hablar.
Pero fue lo más amargo
cuando me puse a tocar
que no podía soplar
con mi bigote tan largo.
Luego me puse con garbo,
lo quité del lado izquierdo,
cogí la chifla corriendo
y por el pueblo fui a tocar.
Todos querían mirar
para mi bigote nuevo.
Y corrían detrás de mí
sólo por verme la boca
y yo toca que te toca,
mucho les hice reír
y les oía decir
una mujeres a otras:
este Santos pa la groma
pe quil diablo encadenao,
miralle bien pa la boca,
pe que sólo ri dun llao.
Desde el alto de Cabrera
yo sé todos los idiomas,
cruzando montes y lomas,
también bajo a la ribera
he llegado hasta Las Vegas
y ahí como hablan gallego
yo mucha risa me llevo
porque algunos señoritos
dicen: xa nos ven o pito
y o baile non llo entendemos.
Castroquilame que está
un poquito más arriba,
cuando voy allí me admira
ver aquella mocedad,
porque más de la mitad
son papudos y no miento
y los pobres muy contentos
me dicen porque no marche:
aiquí non has de extrañare
que temos muitos pimentos.
Luego me voy a Robledo
que hay mocitos muy exactos,
hablan lo mismo que en Castro,
dicen "calente y acedo".
pero todo andan con miedo
porque es un pueblo extraviado
y viven tan separados
que todos dicen "antoite
a min tentoume esta noite
o demo sea renegado".
Los que también me han llamado
han sido los de Sotillo
y dicen que soy un pillo
porque siempre le he faltado,
me traen tan amenazado
y me las tienen juradas
con intención de cobrarlas,
ya dicen con entusiasmo:
cuando veyamos a Santos
dámosle unas llanfazadas.
En Benuza, buen lugar
también tengo simpatías,
para la Santa Lucía
siempre les voy a tocar,
ahí no saben bailar
sobre todo las muchachas
porque no salen de casa
y luego me van diciendo:
por el día non podemor
porque vamor con ar vacas.
En Pombriego que allí está
la flor de la juventud
me piden por la salud
y me quieren de verdad
y dicen con gravedad
cuando me sienten a mí:
ya nos vien Santos ailí
pal día de San Clemente,
el veintitres de noviembre
que es una fiesta feliz.
Ia a fiesta dos tomates
como dicen en Pombriego,
luego marchan os rapaces
a collerlos nun maniego.
Yo mucha risa me llevo
porque son tan delicaos
y hablan tan mal chapurriao
que las mocitas solteras
dicen: a culpa foi nuesa
non lo haber apruveitao.
Más arriba de Pombriego
está Yebra con perdón
los pobres llaratos son
y todos dicen "riñegro".
Y de ahí me marcho luego,
paso por Santalavilla,
llego a Llamas que me admiran
y todos dicen con gusto:
ahí nos vien el nueso musco,
pe que ruxe con a chifra.
Luego paso por Odollo,
a Marrubio y a Castrillo,
y como soy guapecillo
dice la gente de gozo:
Santos día muy buen mozo,
que siempre ños vien tocando
y yo les voy saludando
y, a su manera, me dicen:
ñosotros ahora pol intre
pe qu'inda vamos andando.