El ferrocarril
Ponferrada-Villablino tuvo 10 locomotoras de este tipo con una concepción mecánica muy singular, dotadas de un ténder de apoyo donde el bastidor prolongaba sus largueros hasta abrazar la parte posterior de la locomotora. Este sistema de sujección permitía el giro del ténder con respecto a la máquina, dando una mayor estabilidad a la marcha. El uso de estas máquinas permitió reducir notablemente los tiempos de recorrido en los
trenes de viajeros.