¿No ves tierra berciana
tus campos abandonados,
cubriendo tu bella estampa
por las zarzas y los cardos.?
Fértiles tierras bercianas,
que nos están diciendo adiós,
por no haber quien las cultive
ni las siembre con ilusión.
¿Dónde está aquel labrador
que el rico explotaba
exprimiéndole el sudor,
para que el pobre emigrara.
Más allá de las fronteras
los emigrantes soñaban,
en volver a su tierra
a restaurar la labranza.
Pero cuendo regresaron,
abandonaron el recuerdo
y a la ciudad se marcharon
a vivir de los sueños.
Dejando El Bierzo abandonado,
sin patats ni centenos,
sin viñedos, ni ganados.
Los caminos están cegados,
no hay carros ni arados...;
por eso yo quero gritar;
¡Despiérta pueblo berciano.!
Vuelve a trabajar
esta bendita tierra.
para llenarla de pan,
y explotar su riqueza.
Vuestro amigo, Anselmo Prada León
tus campos abandonados,
cubriendo tu bella estampa
por las zarzas y los cardos.?
Fértiles tierras bercianas,
que nos están diciendo adiós,
por no haber quien las cultive
ni las siembre con ilusión.
¿Dónde está aquel labrador
que el rico explotaba
exprimiéndole el sudor,
para que el pobre emigrara.
Más allá de las fronteras
los emigrantes soñaban,
en volver a su tierra
a restaurar la labranza.
Pero cuendo regresaron,
abandonaron el recuerdo
y a la ciudad se marcharon
a vivir de los sueños.
Dejando El Bierzo abandonado,
sin patats ni centenos,
sin viñedos, ni ganados.
Los caminos están cegados,
no hay carros ni arados...;
por eso yo quero gritar;
¡Despiérta pueblo berciano.!
Vuelve a trabajar
esta bendita tierra.
para llenarla de pan,
y explotar su riqueza.
Vuestro amigo, Anselmo Prada León