Para recitar el Rosario con verdadero provecho se debe estar en estado de gracia o por lo menos tener la firme resolución de renunciar al pecado mortal.
1. Mientras se sostiene el Crucifijo hacer la Señal de la Cruz y luego recitar el Credo.
2. En la primera cuenta grande recitar un Padre Nuestro.
3. En cada una de las tres siguientes cuentas pequeñas recitar un Ave María.
4. Recitar un Gloria antes de la siguiente cuenta grande.