En la nave siemprer te embarrabas.
[googlebarvip= 1]. El niño y sus cabras
Un niño tenía unas cabras muy bonitas y cada mañana, muy temprano, cogía una vara y las conducía al lado de la montaña, donde podían comer y engordar.
Una noche, a la hora de volver al hogar, el niño dijo a las cabras: "¡A la casa! ¡A la casa!" Pero las cabras no le hicieron caso. En lugar de eso, correteaban sin prestarle atención. El niño cogió una vara y corrió atrás de ellas gritando: "¡A la casa, a la casa! ¡cabras!".
En lugar de hacer lo que se les decía, las cabras... Polígono industrial...