Echaban sal en una sartén y la tostaban un poco. Después la extendían sobre un paño y colocaban éste alrededor de la garganta.
Igualmente, tomaban un puñado de sal gorda y se frotaban la garganta con ella.
Para hacer desaparecer la tos producida por el picor de garganta, se acostumbraba a tomar una cucharada de miel, deshaciéndola lentamente en la boca.
En casos de ronquera, echaban zanahorias ralladas en un recipiente y añadían igual cantidad de miel,... Ya suenan campanas de boda! ¡que se está cayendo el campanario! A ver que pasa con ese presidente que no acepta las subvenciones para hacer los arreglos necesarios. Hay que arreglar la iglesia que se va a caer y luego todo son quejas. El gallo que hay encima de la cúpula de la Iglesia, se mueve con el viento y la gente según la posición sabían el tiempo que iba hacer, si seco o si lluvia.